domingo, 17 de mayo de 2015

¿Qué opina su iglesia de los abortos?


El 22 de enero de 1973 el Tribunal Supremo de los Estados Unidos falló a favor de las liberalizadas leyes del aborto. Otros países han emprendido un derrotero similar.
¿Qué opina usted de tales cambios? ¿Cree usted que está bien el destruir a un niño en desarrollo, aunque todavía no ha nacido? ¿Considera su iglesia que está bien hacerlo?
Muchas iglesias consideran que está bien hacerlo. Por ejemplo, en una resolución adoptada el 31 de mayo de 1968 las Iglesias Bautistas Americanas de los EE. UU. instaron a “que se promulgue legislación que estipule: Que la terminación de una preñez . . . sea a petición de los individuos envueltos y se considere como un procedimiento médico electivo.”
También, el Concilio General de la Iglesia Unida del Canadá afirmó “que el aborto está justificado moralmente en ciertas circunstancias médicas, sociales y económicas, y debe ser un asunto privado entre la mujer y su doctor.”
Centenares de clérigos tomaron la delantera al tratar de liberalizar las leyes del aborto. Por ejemplo, se publicó una súplica en el Citizen Patriot de Jackson, Michigan, del 6 de noviembre de 1972 en que se instó votar por la reforma de la ley del aborto. Firmada por 178 clérigos, ésta decía:
“Creemos que el aborto —como la religión— es una decisión personal, y que el Estado no debe impedir el que una mujer siga los dictados de su conciencia.”
Después de la larga lista de los nombres de los clérigos, el periódico decía:
“Los clérigos alistados arriba ocupan posición eclesiástica en 14 sectas cuyos cuerpos nacionales han expedido declaraciones que apoyan la reforma de la ley del aborto.”
Entre las muchas iglesias que respaldan las liberalizadas leyes del aborto están la Iglesia Unida de Cristo, la Iglesia Presbiteriana Unida, la Iglesia Luterana en América y la Iglesia Metodista Unida. El Concilio de Iglesias de la Ciudad de Nueva York, que incluye unas veintitrés sectas, dijo en su periódico Metropolitan Church News:
“Los oficiales y personal del Concilio recibieron con profundo aprecio la noticia del fallo del Tribunal Supremo que favorece los derechos de la mujer para determinar si quiere abortar o no.”
Es cierto, líderes católicos romanos de primer rango expresan desagrado. No obstante, algunos sacerdotes apoyan el aborto. Y el National Catholic Reporter del 15 de septiembre de 1972 dijo: “Cincuenta y seis por ciento de los católicos de la nación, según la más reciente Encuesta Gallup sobre el aborto, cree que la decisión de terminar la preñez debe ser tomada ‘solo por la mujer y su médico.’”
Justificando su fallo revolucionario, el Tribunal Supremo hizo notar que los no nacidos no son “reconocidos en la ley como personas en el sentido completo.” Así el Tribunal permite que se termine con la vida de los no nacidos hasta la vigésima octava semana de preñez.
Sin embargo, la mayoría de los abortos se lleva a cabo antes, por lo general antes de la decimotercera semana de preñez. Y por eso el Tribunal Supremo declaró sin lugar todas las leyes estatales que prohíben o restringen los abortos durante este período de trece semanas. El Tribunal sostiene que tales abortos, para la mujer, son relativamente innocuos.
Pero, por supuesto, el niño en desarrollo dentro de la madre es destruido. ¿De qué se compone realmente el niño no nacido? ¿Es simplemente una indistinguible masa de tejido?
Comentando sobre esto, el Dr. Denis Cavanaugh hizo notar en Ob. Gyn. News [Noticias de la ginecología y obstetricia]:
“Al fin de la segunda semana [de la preñez] empieza la diferenciación de los sistemas cardiovascular y nervioso. Al fin de 6 semanas [que es aproximadamente el tiempo en que una mujer por lo general sabe con certeza que está encinta] todos los órganos internos del ser humano completo están presentes . . .
“Para el fin de la octava semana se ha comenzado a formar el esqueleto, y son evidentes los ojos, los dedos de las manos y los dedos de los pies, de modo que ahora al embrión se le llama feto. . . . Después de la octava semana, no se añaden nuevas estructuras importantes, y el crecimiento adicional se compone de maduración y desarrollo de las estructuras existentes más bien que de la creación de algo nuevo.”
En consecuencia el Dr. P. G. Coffey escribió en el Daily Star de Toronto, Canadá:
“No hay diferencia esencial biológicamente entre un infante no nacido y uno que ha nacido, o si usted quiere un ejemplo específico, entre un feto de dos a tres meses de edad y un bebé recién nacido, con excepción de que uno es más maduro que el otro.”
¡Claro está que el niño en desarrollo que es destruido no es una indistinguible masa de tejido! Algunos niños abortados dentro del período permitido por la ley se mueven y respiran; algunos hasta sobreviven al proceso del aborto. Hizo notar el Times de Nueva York del 1 de febrero de 1972:
“Enfermeras de las salas de partos habían estado acostumbradas a hacer todo esfuerzo concebible por salvar a los bebés, aun los de una a tres libras [aproximadamente de medio kilo a kilo y medio], y descubrieron que a veces estaban abortando bebés más grandes que aquellos que se habían esforzado por salvar. . . . Recientemente un bebé surgió del proceso de aborto todavía vivo.”
¿No se comprende, entonces, por qué el Dr. George C. Manning escribió que el aborto es “asesinato tan ciertamente como es asesinato el voluntariosamente apagar el calor de la incubadora de un bebé prematuro de 1 12 libras”? Algunas personas se preocupan de cuál sea el siguiente paso posible. Como preguntó sir John Peel, presidente del Colegio Real de Tocólogos y Ginecólogos:
“Si la sociedad aprueba la destrucción de la vida por un conjunto de circunstancias por lo que alega ser el bien de la sociedad, ¿por qué no debería aprobar el infanticidio del niño recién nacido anormal, del mentalmente defectuoso, del delincuente, del incurable, del senil?”
¿Podría usted aprobar el matar a un infante recién nacido impotente? Pero ¿no es igual de incorrecto el matar a un bebé antes que nazca? Según la ley de Dios dada por medio de Moisés, se consideraba el embrión o feto humano como una vida, y la ley de Dios protegía esa vida. (Éxo. 21:22, 23) ¿No deberíamos nosotros tener consideración similar a los no nacidos? Sin embargo muchas, muchas religiones asumen una posición contraria a lo que dice la Palabra de Dios. ¿Qué posición ha asumido su iglesia?

Cuando el Tribunal Supremo de los EE. UU. aprobó los abortos que matarían a infantes, muchas iglesias aplaudieron el fallo. ¿Qué cree usted que Dios piensa de esas iglesias?


¿QUIÉNES SON LAS RAMERAS DEL LIBRO REVELACIÓN O APOCALIPSIS 17:5?




En el capítulo 17 de Revelación se simboliza a Babilonia la Grande con una prostituta y una ciudad que tiene sus hijas, las organizaciones que surgen de ella, la organización madre, y que, al depender de ella, sufrirán la misma destrucción.

Reconocemos que Babilonia la Grande es toda la religión falsa. Es “la madre de las rameras” porque todas las religiones falsas del mundo individualmente, entre ellas las muchas sectas de la cristiandad, son como sus hijas, y la imitan al cometer ramería espiritual. Ella es también la madre de las “cosas repugnantes” porque ha dado existencia a prole tan repugnante como la idolatría, el espiritismo, la adivinación, la astrología, la quiromancia, el sacrificio humano, la prostitución en los templos, la borrachera en honor a dioses falsos, y otras prácticas obscenas.

La ramería espiritual es peor aún
 Sin embargo, desde el punto de vista de Dios hay una forma de prostitución que es peor... la ramería espiritual, afirmar que se adora al Dios verdadero cuando en realidad se da adoración y afecto a otros dioses. La Jerusalén antigua fue más allá en su ramería. Dio regalos a las naciones que fornicaron espiritualmente con ella, y contaminó así la adoración verdadera. (Ezequiel 16:34.)
 Hasta en este siglo XX la ramería espiritual es común en el sistema religioso mundano. La cristiandad es la parte más prominente de ese sistema... un sistema llamado por la Biblia “Babilonia la Grande, la madre de las rameras y de las cosas repugnantes de la tierra”. (Revelación 17:5.)

Babilonia la Grande está vestida con “púrpura y escarlata”, los colores de la realeza, y “adornada con oro y piedra preciosa y perlas”. ¡Cuán apropiado! Piense en todos los magníficos edificios, las estatuas y pinturas valiosas, los iconos inestimables y otros objetos religiosos, así como una increíble cantidad de propiedades y dinero en efectivo, que las religiones de este mundo han acumulado. Sea en el Vaticano, en el imperio del evangelismo televisado con su sede en los Estados Unidos, o en los exóticos lugares sagrados y templos del Oriente, Babilonia la Grande ha acumulado —y a veces perdido— riquezas fabulosas.
Como indicación del origen no cristiano de muchas doctrinas, ceremonias y prácticas de la cristiandad apóstata, el cardenal católico romano John Henry Newman, del siglo XIX, escribió lo siguiente en su Essay on the Development of Christian Doctrine (Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana): “El uso de templos, y estos dedicados a santos particulares, y adornados a veces con ramas de árboles; el incienso, las lámparas y las velas; los exvotos por recuperarse de alguna enfermedad; el agua bendita; los asilos; los días y temporadas festivos; el uso de calendarios; procesiones, bendiciones sobre los campos; la vestimenta sacerdotal, la tonsura, el anillo de matrimonio, el volverse hacia el Oriente, las imágenes en fecha posterior, quizás el salmodiar eclesiástico y el kirieleisón [el canto “Señor, ten piedad”], todos son de origen pagano, y santificados por su adopción en la Iglesia”.
En vez de santificar tal idolatría, “Jehová el Todopoderoso” da esta amonestación a los cristianos: “Sálganse de entre ellos, y sepárense [...] y dejen de tocar la cosa inmunda”. (2 Corintios 6:14-18.)
Babilonia la Grande también comete fornicación. Ha sobresalido en hacer cuanto le ha parecido conveniente para obtener influencia y poder sobre los reyes que gobiernan en la Tierra. (1 Timoteo 4:1.)
Hoy día es común ver a clérigos hacer campaña para obtener algún puesto encumbrado en el gobierno, y en algunos países participan en el gobierno, sí, hasta ocupan puestos en gabinetes gubernamentales. En 1988 dos conocidos clérigos protestantes se postularon para la presidencia de los Estados Unidos. Los líderes de Babilonia la Grande aman la popularidad; muchas veces aparecen en fotografías de la prensa pública en asociación con políticos prominentes. En contraste, Jesús evitó mezclarse en la política, y dijo de sus discípulos: “Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo”. (Juan 6:15; 17:16; Mateo 4:8-10; véase también Santiago 4:4.)
El 20 de julio de 1933 el Vaticano desplegó su interés en el poder en ascenso del nazismo cuando el cardenal Pacelli (quien después llegó a ser el papa Pío XII) firmó en Roma un concordato entre el Vaticano y la Alemania nazi. Von Papen firmó el documento como representante de Hitler, y Pacelli confirió allí a Von Papen la elevada condecoración papal de la Gran Cruz de la Orden de Pío. En su libro Satan in Top Hat (Satanás en sombrero de copa), Tibor Koeves escribe sobre esto: “El concordato fue una gran victoria para Hitler. Le dio el primer apoyo moral que había recibido del mundo, y de la fuente más ensalzada”. El concordato requería que el Vaticano dejara de apoyar al Partido Central Católico alemán, y así aprobaba el “estado totalitario” de un solo partido de Hitler. Además, su artículo 14 declaró: “El nombramiento de arzobispos, obispos y otros por el estilo se emitirá solo después que el gobernador, instalado por el Reich, se haya asegurado debidamente de que no existen dudas respecto a puntos políticos generales”. Para fines de 1933 (proclamado “Año Santo” por el papa Pío XI), el apoyo del Vaticano se había convertido en un factor importante en el empuje de Hitler hacia la dominación mundial.
Cómodo en el Vaticano, el papa Pío XII dejó que la tremenda matanza de judíos y las crueles persecuciones lanzadas contra los testigos de Jehová y otros siguieran adelante sin crítica de su parte. Es irónico que el papa Juan Pablo II, al visitar a Alemania en mayo de 1987, glorificara la postura antinazi de un sacerdote sincero. ¿Qué hacían los otros miles de miembros del clero alemán durante el reinado de terror de Hitler? Una carta pastoral emitida por los obispos católicos alemanes en septiembre de 1939, al principio de la II Guerra Mundial, nos ilumina sobre este punto. Dice, en parte: “En esta hora decisiva exhortamos a nuestros soldados católicos a cumplir su deber en obediencia al Caudillo y estar dispuestos a sacrificar su entera individualidad. Hacemos un llamado a los Fieles para que se unan en fervientes oraciones para que la Divina Providencia conduzca esta guerra al éxito bendito”.
Japón bajo el sintoísmo suministraba un ejemplo notable de esto. El mayor honor para el soldado japonés adoctrinado era dar la vida por el emperador... el dios supremo del sintoísmo.
Babilonia la Grande, la de hoy día, sigue con vida. Como imperio mundial de la religión falsa, sigue propagando las enseñanzas y el espíritu orgulloso de la Babilonia original. Es el instrumento principal de Satanás para cegar a los pueblos de la Tierra respecto a los propósitos del Reino de Jehová. (2 Corintios 4:3, 4.)
En vez de aclamar el Reino celestial entrante de Cristo, el clero promueve la Sociedad de Naciones hecha por los hombres, a la cual describió como “la expresión política del Reino de Dios en la Tierra”.
La religión de los siglos XX y XXI está muy dispuesta a buscar el favor del mundo, y eso es especialmente cierto de la cristiandad. Su clero no solo no proclama las buenas nuevas del Reino entrante de Jehová, sino que también diluye las enseñanzas morales de la Biblia y aprueba tácitamente la permisividad mundana entre los miembros de sus iglesias. Ni siquiera los clérigos mismos son tan inocentes en cuanto a fornicación carnal, algo que tan rotundamente condenó el apóstol Pablo cuando dijo: “No se extravíen. Ni fornicadores, ni idólatras, ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres [...] heredarán el reino de Dios. Y, sin embargo, eso era lo que algunos de ustedes eran. Pero ustedes han sido lavados”. (1 Corintios 6:9-11.)
‘Se revuelcan en el fango’
¿“Han sido lavados” los clérigos de nuestro tiempo? Pues, note, por ejemplo, la situación que existe en Gran Bretaña, que en un tiempo era un baluarte del protestantismo. En noviembre de 1987, mientras la primera ministra de Gran Bretaña pedía al clero que suministrara dirección moral, el rector de una iglesia anglicana decía: “Los homosexuales tienen tanto derecho a su expresión sexual como toda otra persona; debemos buscar lo bueno en ello y estimular a la fidelidad [entre homosexuales]”. Un periódico londinense informó: “Las prácticas homosexuales se hicieron tan comunes en una universidad teológica anglicana que fue necesario que el personal de otra universidad prohibiera a sus estudiantes visitarla”. Un estudio calculó que “puede que más de la mitad de la cantidad total de clérigos de cierto distrito de Londres tienda hacia la homosexualidad”. Y en un sínodo eclesiástico el 95% de los clérigos de la Iglesia Anglicana apoyó una moción que decía que la fornicación y el adulterio eran pecados, pero que no lo eran los actos genitales de homosexualidad; se dijo que los actos homosexuales eran simplemente no alcanzar lo ideal. En un comentario sobre esto, cierto escritor de noticias sugirió que bien pudiera cambiarse el nombre de la Iglesia Anglicana a Sodoma y Gomorra. Otro periódico londinense declaró: “Los británicos han quedado horrorizados al contemplar los resultados de una generación de permisividad”.
 ¡Qué bien describen la situación del clero apóstata a través de los años las palabras del apóstol Pedro: “Les ha sucedido el dicho del proverbio verdadero: ‘El perro ha vuelto a su propio vómito, y la cerda bañada a revolcarse en el fango’”! (2 Pedro 2:22.)
Por toda la cristiandad, y en realidad por todo el mundo, hay un desplome aterrador de los valores morales. Hoy día en algunas sociedades se considera innecesario el matrimonio, y los que están casados creen que la fidelidad marital está fuera de moda. Menos personas legalizan su unión marital, y entre los que lo hacen la proporción de divorcios aumenta vertiginosamente. En los Estados Unidos los divorcios han aumentado a más del triple durante los pasados 25 años, a más de un millón por año. En Gran Bretaña, durante el período de 20 años desde 1965, los divorcios se cuadruplicaron, de 41.000 a 175.000. Las personas solteras prefieren cohabitar con personas solteras de cualquier sexo, y muchas cambian de acompañante constantemente. Se lamentan por las terribles enfermedades transmitidas por contacto sexual —en especial el SIDA— que se difunden rápidamente como resultado de su estilo de vida inmoral, pero persisten en sus degradantes prácticas sexuales. El clero de la cristiandad no ha disciplinado a los miembros de sus iglesias que cometen tales actos. Hasta el grado que han hecho la vista gorda a la inmoralidad, tienen que compartir responsabilidad por esta cosecha lamentable. (Jeremías 5:29-31.)


¿Promoción de pornografía por las iglesias?


 La Junta Metodista de Discipulado emitió una resolución en la que se declaraba que 10 películas destinadas a dar consejo sobre asuntos sexuales podían continuar usándose para auditorios limitados. Pero un miembro disidente de la Junta hizo el siguiente comentario: “Ni las películas, ni los foros [para dar consejo sobre el sexo], tenían base bíblica. Las películas muestran a hombres y mujeres en el acto de masturbarse, y también muestran la homosexualidad masculina y femenina. Cada una de estas películas era completamente explícita... iba desde el punto de desvestirse hasta el del orgasmo.” Ted McIlvenna, ministro metodista de San Francisco que hizo la mayoría de las películas, las defendió, haciendo notar que “las filmaron y produjeron ministros metodistas.” Se dice que durante siete años aproximadamente 73.000 personas habían visto estas películas explícitas.


Se enciende la iglesia eléctrica


El predicador no viste de negro. Más bien, resplandece en un traje blanco de tres piezas hecho de poliéster. No preside sobre un altar, sino que anda de acá para allá sobre un escenario de muchos niveles en su “catedral” hecha para la televisión, bañado por la luz de muchas lámparas. La plataforma misma parece ser la estrella del espectáculo, pues ha sido pulida hasta quedar como un espejo, y tiene luces que centellean sobre cada detalle y numerosos telones que constantemente cambian el escenario.
Es tiempo para la oración, pero no se trata de una oración común. El predicador se sitúa ante una mesa llena de cartas procedentes de su “familia de la oración-llave” y dobla la rodilla ante la mesa, mientras se agarra las manos reverentemente. Su coro reluciente toma su lugar, en semicírculo detrás del predicador. A medida que el predicador ora, el coro acompaña la oración de éste con un canturreo; cada cantante “acaricia” el micrófono con su voz, al estilo de los cantantes de un club nocturno.
Al terminar la oración, la imagen se desvanece gradualmente y surge un anuncio en cinta de video que patrocina a la “familia de la oración-llave” del predicador. Este anuncio está hecho de manera muy profesional. Se ve a una anciana, que obviamente es muy devota y se siente sola, escribiendo una carta al predicador. Mientras se ve esta escena se oye la voz de ella, como si se pudiera oír lo que ella piensa, relatando cómo su soledad y la mayoría de sus otros problemas han desaparecido desde que se unió a la “familia de la oración-llave.”
Ahora la escena regresa al predicador, precisamente a tiempo para que oigamos su sermón. No se le ve agitando una Biblia. El predicador está hablando como lo haría si estuviera en su propia sala. Vez tras vez recalca el mismo punto. Si usted desea que sus oraciones sean contestadas, tiene que unirse a su “familia de la oración-llave.” ¿Por qué la mención de una llave? “La oración es la llave,” dice con intensidad el predicador, “que abre el banco celestial.”
Este es un ejemplo del fenómeno cautivante de la religión estadounidense... la Iglesia Eléctrica. Su recién adquirida refinación de métodos y su popularidad están causando conmociones religiosas y políticas a través de los Estados Unidos. Las estrellas más relumbrantes de esta iglesia están obteniendo más dinero que la mayoría de las grandes confesiones estadounidenses. ¿Quiénes son? ¿De dónde vinieron? ¿A quiénes representan?
La Iglesia Eléctrica está compuesta de predicadores que hablan por televisión y que compran su propio espacio o tiempo en el aire y lo utilizan para obtener contribuciones con las cuales compran más tiempo, y así sucesivamente. Por supuesto, la mayoría de las estaciones de televisión vacilan en cuanto a vender tiempo en el aire a un predicador que solo va a importunar a los televidentes, y por eso los predicadores tienen maneras rebuscadas de evitar el dar la impresión de que están solicitando fondos por el aire.
¿Cuáles son algunas de las maneras en que piden? Animan a los televidentes a escribir pidiendo un broche gratis o una “llave de la oración,” y de esa manera el nombre del televidente se agrega a la lista de correos de un ordenador o computadora y entonces comienza el solicitar agresivo. O quizás ofrezcan un “servicio de consejo” televisado, y luego escriban a las personas que piden ayuda. El sistema de correo por computadora ha hecho de la Iglesia Eléctrica un negocio muy lucrativo. ¿Cuán lucrativo? He aquí unas cifras típicas:
Oral Roberts, anterior sanador por fe pentecostés, que ahora se ha moderado como metodista, recibe 60.000.000 de dólares al año.
Jerry Falwell, de Lynchburg, Virginia, bautista con un fuerte mensaje político, recibe más de 50.000.000 de dólares al año.
Pat Robertson, quien comenzó el primer programa popular de entrevistas a invitados religiosos y que ahora tiene su propia cadena televisora que transmite desde su nueva oficina central de 20.000.000 de dólares. Su Cadena Cristiana de Emisoras recibió 70.000.000 de dólares el año pasado.
Jim Bakker, que anteriormente era socio de Robertson, ha comenzado su propio espectáculo de invitados y su cadena televisora le produce 53.000.000 de dólares al año.
Rex Humbard, con su “Catedral del Mañana” y su escenario espectacular, recibe unos 25.000.000 de dólares.
Y la lista sigue y sigue. En resumen, las estrellas máximas de la Iglesia Eléctrica pueden gastar centenares de millones de dólares en comprar tiempo en el aire todos los años. ¿De dónde obtienen el dinero?
La mayoría de la gente que enciende la televisión para ver la Iglesia Eléctrica no es rica. Benjamin L. Armstrong, quien creó el término “Iglesia Eléctrica,” explica: “Como parte del concepto de la Iglesia Eléctrica, se condiciona al televidente para que contribuya.” La mayor parte de esos millones de dólares llega a las manos de los predicadores eléctricos en cantidades de 25 ó 50 dólares a la vez. Por ejemplo, Jerry Falwell pudiera recibir 10.000 cartas en un día típico, y más de la mitad de ellas contienen contribuciones.
Un prisionero de Pontiac, Michigan, quedó sorprendido cuando recibió una petición escrita por computadora en la que le pedían 35 dólares. ¿Por qué? Dice él: “La nota hecha por la computadora explicaba que un amigo mío, que prefería permanecer anónimo, había . . . pedido que se hiciera por el aire una oración especial a favor mío . . . La oración se había hecho, pero mi amigo no había dado respuesta a la ‘tarjeta de donación’ que se le había enviado posteriormente. ¿Sería yo tan amable como para enviarles un cheque?”
A veces se pide dinero de manera más sutil. Un observador dijo: “El otro día vi un espectáculo de televisión que resumió mis temores acerca de las transmisiones religiosas pagadas. Durante el programa, el predicador hizo que en la pantalla de televisión aparecieran dos números telefónicos. Los televidentes podían llamar gratuitamente a un número para dar contribuciones, pero había que pagar por la llamada al otro número, que era para las personas que querían consejo.”
¿Por qué se solicita dinero constantemente?
Una razón para esto es que la Iglesia Eléctrica debe su existencia a mucha tecnología muy costosa. La mayoría de las personas que transmiten programas religiosos jamás podrían competir con la programación regular de otras cadenas de televisión que transmiten para el grueso de la población estadounidense. Francamente, cuando se transmite un programa religioso la mayoría de las personas apagan el televisor. El problema que afronta la Iglesia Eléctrica es: ¿Cómo pueden llegar a la dedicada minoría de televidentes que desean ver programas religiosos?
¿La respuesta? “Revoluciones en la tecnología del satélite, adelantos en el modo de emplear computadoras y el advenimiento del servicio de ‘cablevisión’ y nuevos arreglos de transmisión están convirtiendo a los Estados Unidos en una aldea global y están haciendo económico el limitado transmitir a un grupo relativamente pequeño de partidarios,” declara la revista Forbes. “¿Qué importa que no todo el mundo quiera ver un programa religioso? . . . La televisión, al igual que las revistas, ahora puede complacer a auditorios especializados.”
El resultado es un arreglo económico diferente para la Iglesia Eléctrica. Los televidentes no apoyan estos programas indirectamente por medio de comprar algún jabón en escamas que se haya anunciado en el programa. Más bien, tienen que apoyar los programas directamente con sus contribuciones. La tarea de solicitar fondos y asegurarse de que estas contribuciones sigan llegando se ha convertido en una operación masiva por computadoras para la mayoría de las estrellas de la Iglesia Eléctrica. El ordenador es tan vital para la Iglesia Eléctrica como lo es la pantalla de televisión.
La constante necesidad de obtener dinero atrapa a los predicadores eléctricos en un ciclo de desarrollo rápido o quiebra. Se comienzan grandes proyectos de construcción como “catedrales” o universidades u hospitales y luego se hacen súplicas desesperadas a los fieles para que contribuyan más dinero para “terminar la obra de Dios.” Como dijo un banquero de la localidad acerca de una de las superestrellas de la Iglesia Eléctrica: “Solamente hay un problema con un ministerio como el de Jerry. No puede dejar de recoger dinero; si lo hace, todo se desploma.”
Este aspecto de la Iglesia Eléctrica pudiera recordar a cristianos concienzudos las palabras de Jesús que se encuentran en el Sermón del Monte. Jesús declaró enfáticamente: “Nadie puede servir como esclavo a dos amos; porque u odiará al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro. No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas.”—Mat. 6:24.
Puesto que los predicadores de la Iglesia Eléctrica necesitan constantemente una vasta cantidad de contribuciones de sus televidentes, ¿se tomarían ellos el riesgo de ofender a estos televidentes? Difícilmente. No sorprende que la teología de la Iglesia Eléctrica sea simplista y busque su propia satisfacción. Como lo dijo la revista Forbes: “No pregunte qué pueda hacer usted por su religión; pregunte, más bien, qué puede hacer su religión por usted.”
Hasta algunos simpatizantes de la Iglesia Eléctrica admiten que es de poco contenido. Como declaró el teólogo evangélico Carl F. Henry: “Mucha de la religión televisada gira demasiado en torno a experiencias, es demasiado escasa en sentido doctrinal como para que suministre una alternativa apropiada a la actual confusión religiosa y moral.” En otras palabras, la religión de la televisión no puede realmente ayudar a resolver los problemas de la vida.
Harvey Cox, profesor en divinidad de Harvard, declaró que, en vez de eso, los predicadores de la Iglesia Eléctrica “están simplemente perpetuando y profundizando los valores de una cultura consumidora materialista. Están ayudando a la gente a aceptar valores muy superficiales, mientras prometen salvación fácil dentro del marco más comercial que pudiera haber.”
¿Cómo armoniza este mensaje con la advertencia de Jesús de que el camino a la vida no es fácil, sino difícil... “angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan”? (Mat. 7:14) ¿Dan a entender esas palabras que usted puede obtener la vida eterna por medio de sencillamente sintonizar el Canal 21?
Considere esta otra advertencia de Jesucristo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz [madero de tormento, Traducción del Nuevo Mundo] cada día, y sígame.” (Luc. 9:23, Versión Moderna) ¿Se niega uno a sí mismo y toma su “cruz” por plantarse diariamente ante un televisor? ¿Puede Jesucristo realmente aprobar una religión que promete a las personas una salvación fácil —sin madero de tormento, sin negarse a sí mismo— sencillamente a cambio de un cheque mensual al “ministerio mundial televisivo” de alguien?
Más bien, parece como si la Iglesia Eléctrica fuera un ejemplo del siglo veinte de lo que el apóstol Pablo advirtió a Timoteo cuando le dijo: “Porque habrá un período de tiempo en que no soportarán la enseñanza sana, sino que, de acuerdo con sus propios deseos, acumularán para sí mismos maestros para que les regalen los oídos; y apartarán sus oídos de la verdad, siendo que serán desviados a cuentos falsos.”—2 Tim. 4:3, 4.
¿Por qué están dispuestas ciertas personas a dar millones de dólares para apoyar la Iglesia Eléctrica? Porque se les está diciendo lo que desean oír. Tienen la seguridad de que Dios les va a contestar sus oraciones. No tienen que repudiarse a sí mismas ni ‘llevar una cruz’ ni hacer el trabajo que Cristo hizo, pero están “salvas” y Dios las ama... siempre y cuando sigan enviando esos cheques.


“Un error de redacción”


 Según una profecía del Libro de Mormón, los indios norteamericanos se harían “blancos y encantadores” si se hacían miembros de la Iglesia Mormona. Los mormones creen que la tez oscura de los indios fue una maldición que Dios pronunció en contra de los antepasados de éstos, la cual sería quitada si se hacían mormones. Pero en 1978 Spencer Kimball, el presidente de la iglesia, “anunció una revelación procedente de Dios,” y la iglesia “desechó una doctrina racial que impedía que los negros ocuparan el puesto de sacerdote,” dice un informe reciente del Times de Nueva York. De modo que ahora, en una nueva edición del Libro de Mormón, en lugar de “blancos y encantadores” el pasaje en cuestión lee “puros y encantadores.” Un oficial de la iglesia dijo que “la palabra ‘blancos’ era un error de redacción y que el Sr. [Joseph] Smith tenía la intención de usar la palabra ‘puros’ en la profecía.”


‘Venta de almas’



Según el periódico sueco Stockholms Tidningen, durante las últimas décadas cierta compañía de Suecia ha examinado minuciosamente registros eclesiásticos, archivos estatales, actas de procesos judiciales, y así por el estilo, para recopilar tantos nombres de difuntos como fuera posible, unos 15 millones de ellos, algunos de los cuales se remontan al siglo XVI. Se han microfilmado los documentos que contienen tales nombres, y los microfilmes se han vendido a los mormones de los Estados Unidos. Para ayudar a que se salven las generaciones de personas muertas, y especialmente sus propios antepasados, los mormones se bautizan en nombre de los difuntos. Se dice que la compañía sueca en cuestión, llamada Recolid, obtuvo casi un millón de dólares en ganancias mediante su productiva ‘venta de almas’.

Se multiplica la adoración de Satanás


Según el periódico Die Vaderland de Johannesburgo, durante las últimas décadas la cantidad de miembros de la iglesia de Satanás en África del Sur ha aumentado de 20.000 a más de 165.000, un aumento de más de 700 por ciento. Citas de la “Biblia Satánica” que aparecen en una solicitud para ingresar en la “Iglesia” pudieran explicar por qué ciertas personas están interesadas en hacerse miembros. Por ejemplo, una cita declara: “Satanás representa el satisfacerse más bien que el contenerse.” Y otra dice: “Satanás representa todos los llamados pecados, ya que todos llevan a la satisfacción física, mental o emocional.” Según el periódico, los “servicios” de esta iglesia se caracterizan por sacrificios de animales, orgías sexuales y el beber sangre.


Predican por paga


Sacerdotes de la Iglesia Luterana de Suecia se quejaron de su paga porque, según informes, su salario es “bajo en comparación con el de otras profesiones que requieren menos estudio o adiestramiento”. Sin embargo, según el servicio de noticias del Concilio Mundial de Iglesias, se esperan mejoras. Después de “una campaña larga y, en parte, amarga”, los sacerdotes han obtenido una semana de 40 horas de trabajo. Pero ¿qué sucede si los suecos necesitan ayuda sacerdotal después de las horas laborales? El acuerdo laboral también garantizaba pago de horas extraordinarias por cada hora adicional de atención pastoral. Se espera que este salario por tiempo extraordinario aumente en de 10 a 12% el ingreso anual de los sacerdotes.
En contraste con esta preocupación de los sacerdotes suecos por mejor salario por sus servicios, cuando Jesús envió a sus discípulos a predicar les dijo: “Recibieron gratis; den gratis. No consigan oro, ni plata, ni cobre para las bolsas de sus cintos”. (Mateo 10:8, 9.) ¿Qué quiso decir Jesús? Las buenas nuevas del Reino no habían de ser comercializadas, ni habían de usarse para provecho personal egoísta. Los discípulos se adhirieron a la guía de Jesús y cumplieron su ministerio. ¿Por qué? Porque Dios los sostuvo en el ministerio.


¿Por qué callaron las iglesias?


EL 8 de diciembre de 1993, el profesor Franklin Littell, de la Universidad de Baylor, habló en el Museo del Holocausto de Estados Unidos sobre una “verdad concreta” que turba el ánimo. ¿Cuál era?
Dicha verdad, dijo Littell, es que “seis millones de judíos fueron perseguidos y asesinados sistemáticamente en pleno corazón de la cristiandad por católicos, protestantes y ortodoxos bautizados, que nunca fueron amonestados ni mucho menos excomulgados”. Sin embargo, hubo una voz que no cesó de denunciar el entrometimiento del clero en el gobierno de Hitler. Esa voz, como hemos visto, fue la de los testigos de Jehová.
Hitler y otros tantos cabecillas de su régimen eran miembros bautizados de la Iglesia Católica. ¿Por qué no se les excomulgó? ¿Por qué se abstuvo la Iglesia Católica de condenar los horrores perpetrados por estos hombres? ¿Por qué callaron también las iglesias protestantes?
¿Guardaron realmente silencio las iglesias? ¿Hay pruebas de su cooperación con el esfuerzo bélico de Hitler?
El papel de la Iglesia Católica
El historiador católico E. I. Watkin escribió: “Aunque sea doloroso admitirlo, no podemos negar ni pasar por alto, en pro de un supuesto bien espiritual o de una falsa lealtad, el hecho histórico de que los obispos han apoyado siempre todas las guerras libradas por los gobiernos de sus respectivos países. [...] En lo que respecta al nacionalismo beligerante, han actuado como los portavoces del César”.
Cuando Watkin mencionó que los obispos de la Iglesia Católica ‘habían apoyado siempre todas las guerras libradas por los gobiernos de sus países’, incluyó las guerras de agresión de Hitler. Como admitió Friedrich Heer, profesor católico de Historia de la Universidad de Viena (Austria): “En la cruda realidad de la historia alemana, la cruz y la esvástica se fueron acercando cada vez más, hasta que la esvástica proclamó el mensaje de la victoria desde las torres de las catedrales alemanas, las banderas con la esvástica aparecieron en los altares, y los teólogos, pastores, clérigos y políticos católicos y protestantes aclamaron la alianza con Hitler”.
Tal fue el apoyo incondicional prestado por los jerarcas de la Iglesia a las guerras hitlerianas, que el profesor católico Gordon Zahn comentó: “Cualquier católico alemán que acudía a sus superiores religiosos en busca de guía espiritual y dirección respecto a prestar servicio en las guerras de Hitler, recibía prácticamente las mismas respuestas que hubiera recibido del propio dirigente nazi”.
El hecho de que los católicos siguieron obedientemente la dirección de sus líderes eclesiásticos fue documentado por el profesor Heer, quien dijo: “De los cerca de treinta y dos millones de católicos alemanes —quince millones y medio de los cuales eran varones— solo siete [individuos] rehusaron abiertamente prestar servicio militar; seis de estos eran austriacos”. Pruebas más recientes indican que unos cuantos católicos más, y también algunos protestantes, opusieron resistencia al Estado nazi a causa de sus convicciones religiosas. Algunos incluso pagaron con su vida, en tanto que sus jefes espirituales se vendieron al Tercer Reich.
Quién más calló, y quién no
Como se ve, el profesor Heer incluyó a los líderes protestantes entre los que “aclamaron la alianza con Hitler”. ¿Es cierta su afirmación?
Muchos protestantes se han recriminado amargamente el silencio que guardaron durante las guerras de agresión de Hitler. Por ejemplo, en octubre de 1945 tuvo lugar una reunión de once destacados clérigos para redactar la llamada Confesión de Culpa de Stuttgart, en la que manifestaron: “Nos acusamos de no haber sido más valientes al declarar nuestras convicciones, más leales al decir nuestras oraciones, más gozosos al expresar nuestra fe y más ardientes al demostrar nuestro amor”.
La historia del cristianismo, de Paul Johnson, refiere: “De un total de 17.000 pastores evangélicos, nunca hubo más de cincuenta que cumpliesen penas prolongadas [por no apoyar al régimen nazi]”. Contrastando a aquellos pastores con los testigos de Jehová, Johnson escribió: “Los más valerosos fueron los Testigos de Jehová, que afirmaron su oposición doctrinaria directa desde el principio y sufrieron las consecuencias. Se negaron a cooperar con el Estado nazi”.
En 1939, año en que estalló la II Guerra Mundial, Consolation citó las siguientes palabras del ministro protestante T. Bruppacher: “Aunque los hombres que se dicen cristianos han fallado en las pruebas decisivas, estos desconocidos testigos de Jehová, como mártires cristianos, mantienen una resistencia inquebrantable frente a la coacción de su conciencia y la idolatría pagana. Algún día, el historiador futuro deberá reconocer que no fueron las grandes iglesias, sino estas personas calumniadas y escarnecidas, las primeras en hacer frente a la ira del demonio nazi [...]. Se niegan a adorar a Hitler y la esvástica”.
En parecidos términos se expresó más tarde Martin Niemoeller, pastor protestante que estuvo en un campo de concentración: ‘Puede decirse sinceramente que en todas las épocas las iglesias cristianas siempre han consentido en bendecir las guerras, las tropas y las armas, y han orado de una forma muy poco cristiana por la aniquilación de sus enemigos’. Y admitió: “Todo esto es culpa nuestra y de nuestros padres; obviamente no es culpa de Dios”.
A lo anterior agregó: “Y pensar que los cristianos de hoy nos avergonzamos de la llamada secta de los estudiantes serios de la Biblia [testigos de Jehová], centenares, e incluso millares, de los cuales han sido enviados a los campos de concentración y han muerto por negarse a prestar servicio en la guerra y a disparar a seres humanos”.
Susannah Heschel, profesora de Estudios Judaicos, descubrió varios documentos que demuestran que el clero luterano deseaba, sí, ansiaba, apoyar a Hitler. Según ella, los líderes clericales rogaron que se les concediera el privilegio de desplegar la esvástica en sus iglesias. La abrumadora mayoría de los eclesiásticos no fueron colaboradores obligados, como lo revelan las pruebas, sino apoyadores fervorosos de Hitler y sus ideales arios.
Durante las conferencias de la profesora Heschel, los concurrentes suelen preguntarle: “¿Qué más pudimos haber hecho?”.
“Pudieron haber imitado a los testigos de Jehová”, replica ella.
Por qué callaron
La razón por la que las iglesias callaron es evidente. Se debió a que la clerecía y sus rebaños habían abandonado las enseñanzas de la Biblia en favor de la cooperación con el estado político. En 1933, la Iglesia Católica firmó un concordato con los nazis. El cardenal Faulhaber escribió a Hitler: “Este apretón de manos con el Papado [...] es un hecho de valor incalculable. [...] ¡Quiera Dios conservar al canciller al frente de nuestro pueblo!”.
En efecto, la Iglesia Católica, al igual que otras confesiones, pasaron a ser agentes del perverso gobierno de Hitler. A pesar de las palabras de Jesús de que sus seguidores “no son parte del mundo”, las iglesias y su grey fueron parte integrante del mundo de Hitler. (Juan 17:16.) En consecuencia, no denunciaron los horrores que los nazis cometieron contra la humanidad en los campos de exterminio.
Cierto es que algunos católicos, protestantes y miembros de otras religiones se opusieron con valentía al Estado nazi. Pero mientras algunos lo pagaban con su vida, sus cabezas espirituales, que alegaban servir a Dios, servían de marionetas del Tercer Reich.
Mas hubo una voz que no dejó de oírse. Si bien los medios de comunicación en conjunto pasaron por alto el protagonismo de las iglesias en el drama nazi, los testigos de Jehová se sintieron obligados a denunciar la traición y la hipocresía del clero, dando detalles de su complicidad entre bastidores. Durante los años treinta y cuarenta, las páginas de la revista precursora de ¡Despertad! y otras publicaciones hicieron fuertes acusaciones contra las organizaciones religiosas que se convirtieron en instrumentos del nazismo.
Se reconoce a los auténticos seguidores de Cristo
Los testigos de Jehová son del todo diferentes de las religiones del mundo. No siendo parte de este, se abstienen de intervenir en las guerras de las naciones. En obediencia a las instrucciones de Dios, ‘han batido sus espadas en rejas de arado’. (Isaías 2:4.) Y en obediencia a los mandatos de Cristo, se aman unos a otros. (Juan 13:35.) Esto significa que nunca van a la guerra ni se atacan entre sí.
Cuando se trata de identificar a los auténticos adoradores de Dios, la Biblia dice claramente: “Los hijos de Dios y los hijos del Diablo se hacen evidentes por este hecho: Todo el que no se ocupa en la justicia no se origina de Dios, tampoco el que no ama a su hermano. Porque este es el mensaje que ustedes han oído desde el principio, que debemos tener amor unos para con otros; no como Caín, que se originó del inicuo y degolló a su hermano”. (1 Juan 3:10-12.)
En efecto, la historia da testimonio de que los testigos de Jehová siempre han mostrado amor al prójimo, incluso ante intensa presión. Cuando Hitler declaró la guerra por toda Europa, los Testigos se mantuvieron firmes ante los brutales esfuerzos nazis por hacer que participaran en la orgía de sangre. La profesora Christine King resumió muy bien el asunto: “Los testigos de Jehová sí dejaron oír su voz. La dejaron oír desde el principio, al unísono. Y hablaron con tal valentía, que nos han dado una lección”.
Hasta que este mundo goce de seguridad bajo el mando amoroso del gobierno de Jehová, libre de guerras y maldad, los testigos de Jehová dejarán oír su voz. Mientras sea la voluntad del Señor Soberano Jehová, esta revista continuará denunciando las perversidades del mundo satánico y proclamando la única esperanza verdadera para la humanidad, el Reino de Dios. (Mateo 6:9, 10.)

Polémica respecto al bautismo



Colorado Springs (E.U.A.),  se convirtió en uno de los principales centros de evangelización de la cristiandad, fue hace una décadas el escenario de una polémica sobre determinados métodos de conversión infantil. El diario The Denver Post informaba que la Iglesia Bautista de Cornerstone utilizaba un flota de dieciséis autobuses para recorrer la zona buscando niños, a los que atraían con promesas de darles dulces y gaseosas y llevarlos a un parque de atracciones. Muchos padres dejaron a sus hijos ir al parque, pero se disgustaron cuando estos les contaron al regresar a casa que los habían bautizado. Por lo común, estos “evangelistas” obtienen una autorización escrita de los padres antes de bautizar a los niños, pero a veces pasaron por alto esa norma. Según el Post, el ministro de la iglesia dijo de tal autorización escrita: “Nos hace perder mucho tiempo”.

sábado, 16 de mayo de 2015

¿Puede protegerse de la delincuencia?


“Normalmente, cuando regresaba a casa de noche, mis amigos me acompañaban para que no caminara sola. Pero un día me sentía tan cansada que decidí irme en taxi.
”En lugar de dirigirse a mi casa, el taxista me llevó a un lugar abandonado y trató de violarme. Grité con todas mis fuerzas y se detuvo. Cuando lo intentó de nuevo, volví a gritar y salí corriendo.
”Antes me preguntaba si servía de algo gritar. Ahora puedo decir que sí ayuda.” (KARIN)
En muchos lugares, la delincuencia es un peligro constante. Por ejemplo, un juez dijo sobre su país: “La cuestión no es si uno será víctima de la delincuencia, sino cuándo lo será. Esa es la triste realidad”. En otros lugares puede que el problema no esté tan extendido. Aun así, no debemos confiarnos, pues nos haríamos vulnerables.
Prescindiendo de si la criminalidad es alta o baja en su zona, ¿puede hacer algo para protegerse usted y también a los suyos? Claro que sí. Este principio bíblico le será muy útil: “El prudente ve el peligro y lo evita; el imprudente sigue adelante y sufre el daño” (Proverbios 22:3, Dios habla hoy, 2002). Eso es precisamente lo que aconseja la policía: tomar medidas preventivas, es decir, evitar situaciones peligrosas.
La delincuencia no solo ocasiona daños físicos y pérdidas materiales. A muchas personas también les deja cicatrices emocionales. De ahí la importancia de hacer todo lo razonablemente posible para protegernos. Con ese objetivo presente, veamos las medidas que usted puede tomar para no caer víctima de cuatro tipos de delito: asalto, agresión sexual, ciberdelito y robo de identidad.
ASALTO
¿Qué significa? Se entiende por asalto la acción de amenazar o atacar a alguien para robarle.
¿Qué efectos tiene? Tras una serie de robos a mano armada en Gran Bretaña, una fiscal comentó que, si bien las víctimas no habían sufrido ningún daño físico, todas experimentaban angustia. Y añadió: “Varias se quejaban de continua ansiedad y problemas para dormir [...], y casi todas dijeron que la experiencia había afectado mucho su vida laboral”.
¿Qué puede hacer usted?
Manténgase atento. Los ladrones son oportunistas. Buscan a los que están desprevenidos. Mire a las personas que lo estén observando, manténgase atento a lo que ocurre a su alrededor y no permita que el alcohol o las drogas emboten sus sentidos o le nublen el juicio. “A la persona que bebe o se droga le cuesta más pensar con claridad y evaluar si una situación es peligrosa”, dice una enciclopedia de salud.
Proteja sus bienes. Cierre bien su vehículo y las puertas y ventanas de su casa. No deje entrar nunca a extraños. Mantenga sus objetos de valor fuera de la vista; no los exhiba. “La sabiduría está con los modestos”, dice Proverbios 11:2. Los ladrones —adultos y hasta niños— suelen centrarse en los que hacen ostentación de joyas y dispositivos electrónicos costosos.
Pida consejo. “El camino del tonto es recto a sus propios ojos, pero el que escucha el consejo es sabio.” (Proverbios 12:15.) Si está de viaje, pregunte a las autoridades u otras personas confiables del lugar. Ellas le podrán indicar los sitios peligrosos y cómo evitar que le roben.
AGRESIÓN SEXUAL
¿Qué significa? La agresión sexual abarca la violación y todo tipo de contacto sexual para el que se recurre a las amenazas, la fuerza o la intimidación.
¿Qué efectos tiene? “Lo peor es que no solo te afecta mientras sufres la agresión —explica una mujer que fue violada—. Te persigue y te obsesiona por mucho tiempo, y te cambia por completo la visión de la vida. También cambia la vida de tus seres queridos.” Y algo que no hay que olvidar nunca es que la culpa no es de la víctima, sino del agresor.
¿Qué puede hacer usted?
Guíese por su intuición. “Si un lugar o una persona la hace sentir incómoda, márchese —aconseja un departamento de policía de Carolina del Norte (EE.UU.)—. No deje que nadie la convenza para que se quede si su instinto le dicta lo contrario.”
Muestre una actitud decidida; no vaya distraída. Los depredadores sexuales van a la caza de los desprevenidos y los vulnerables. Así que camine con decisión y manténgase alerta.
Reaccione de inmediato. Grite (Deuteronomio 22:25-27). Utilice el factor sorpresa para huir o defenderse. Y, de ser posible, corra hasta un lugar seguro y llame a la policía.
CIBERDELITO
¿Qué significa? Se refiere al delito cometido a través de Internet, como evasión de impuestos, fraude contra la asistencia pública, fraude con tarjetas de crédito y falta de entrega de artículos pagados. También abarca timos como inversiones y subastas en línea fraudulentas.
¿Qué efectos tiene? El ciberdelito les cuesta a las víctimas —y a la sociedad en conjunto— miles de millones de dólares. Por citar un caso, Sandra recibió un mensaje electrónico que parecía de su banco en el que le pedían que actualizara sus datos personales. Minutos después de enviarlos vio horrorizada que habían transferido 4.000 dólares de su cuenta a un banco extranjero. La habían estafado.
¿Qué puede hacer usted?
Sea cauteloso. No se deje engañar por páginas de Internet que aparentan ser legítimas. Las instituciones financieras serias no le van a pedir información confidencial por Internet. Antes de comprar o invertir en línea, averigüe la reputación de la empresa. “El incauto cree todo lo que le dicen, pero el prudente vigila sus pasos” (Proverbios 14:15, El Libro del Pueblo de Dios). Y vaya con cuidado al tratar con empresas localizadas en el extranjero. Si surge algún problema, será más difícil resolverlo.
Analice la empresa y su política de venta. Pregúntese: “¿Cuál es la dirección física? ¿Es correcto y está vigente el teléfono? ¿Tendrá mi compra costos ocultos? ¿Cuándo recibiré el pedido? ¿Podré devolverlo? ¿Me reintegrarán el dinero?”.
Desconfíe si la oferta parece demasiado buena para ser verdad. Los ambiciosos y los que quieren conseguir algo a cambio de nada son el blanco preferido de los ladrones cibernéticos. El anzuelo puede ser la promesa de ganar mucho dinero con poco trabajo, recibir un préstamo o una tarjeta de crédito aunque no se califique para ello u obtener grandes beneficios de inversiones de “bajo riesgo”. “Tómese el tiempo de examinar cualquier oferta de inversión que reciba —dice la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos—. Cuanto mayores son los beneficios prometidos, mayor es el riesgo. No realice ninguna inversión hasta que esté seguro de que es legítima, por mucho que lo presionen.”
ROBO DE IDENTIDAD
¿Qué significa? Es la acción de obtener y utilizar información personal de alguien para cometer fraude u otros delitos.
¿Qué efectos tiene? El ladrón puede usar su identidad para obtener tarjetas de crédito o préstamos, o para abrir nuevas cuentas. Luego acumula deudas a su nombre. Y aunque usted logre que se las cancelen, su reputación financiera puede quedar arruinada por años. “Perder la reputación financiera te trastorna la vida entera, es peor que si te robaran dinero”, dice una víctima.
¿Qué puede hacer usted?
Proteja su información confidencial. Si realiza operaciones bancarias o compras por Internet, cambie con frecuencia sus contraseñas, especialmente si ha utilizado una computadora pública. Como ya mencionamos, desconfíe de los mensajes que le soliciten información confidencial.
Los ladrones de identidad no roban solo a través de la Red. Tratan por todos los medios de conseguir documentos importantes como estados de cuenta, chequeras, tarjetas de crédito y números de seguro social. Así que guárdelos en un lugar seguro. Y antes de desecharlos, tritúrelos. Por supuesto, si cree que ha perdido algún documento o que se lo han robado, infórmelo de inmediato.
Revise los movimientos de sus cuentas. “La concientización es un arma efectiva contra el robo de identidad”, dice la Comisión Federal de Comercio, y añade: “La pronta detección de un posible robo de identidad puede ser crucial”. Por tanto, revise sus cuentas con frecuencia y mire si hay alguna transacción fuera de lo corriente. De ser posible, pida una copia de su informe de crédito a una agencia confiable y vea qué cuentas bancarias y tarjetas de crédito están vinculadas a su nombre.
De más está decir que en este mundo no se puede garantizar nada. Hasta los más precavidos han sido víctimas del delito. Pero seguir los sabios consejos de la Biblia siempre nos ayudará. “Si amas a la sabiduría [divina] y nunca la abandonas, ella te cuidará y te protegerá.” (Proverbios 4:6, Traducción en lenguaje actual.) Y no solo eso, la Biblia promete que la delincuencia desaparecerá.
Pronto acabará la delincuencia
¿Por qué podemos estar seguros de que Dios pondrá fin a esta plaga? Lea los siguientes pasajes:
Dios desea acabar con la delincuencia. “Yo, Jehová, [...] odio el robo junto con la injusticia.” (Isaías 61:8.)
Tiene el poder de acabar con la delincuencia. “Él es inmensamente fuerte y justo.” (Job 37:23, Dios habla hoy.)
Ha prometido exterminar a los malvados y proteger a los justos. “Los malhechores mismos serán cortados [de raíz].” “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella.” (Salmo 37:9, 29.)
Ha prometido a sus siervos leales un nuevo mundo de paz. “Los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.” (Salmo 37:11.)
¿Lo han emocionado estos pasajes? En ese caso, dedique un poco de tiempo a examinar la Biblia a fin de aprender más sobre el propósito de Dios para la humanidad. No existe otro libro que contenga tantos y tan sabios consejos. Y ningún otro libro nos ofrece una esperanza confiable de ver un futuro sin delincuencia.


Testimonio de la madre de Smith


Recientemente la Iglesia Mormona de Utah anunció el descubrimiento de un documento histórico importante... una carta que aparentemente fue escrita por Lucy Mack Smith, madre de Joseph Smith, hijo.
La carta, con fecha del 23 de enero de 1829, fue escrita como un año antes de que Joseph Smith publicara el Libro del Mormón. Lucy Mack Smith escribió a su cuñada: ‘Me complace informarte de una gran obra que el Señor ha efectuado en nuestra familia, pues, mediante sueños, ha dado a conocer sus caminos a Joseph, y Dios se ha complacido en mostrarle dónde puede ir a cavar para conseguir un registro antiguo grabado en tablas de oro puro, las cuales Joseph sabe traducir’.
De acuerdo con Dean Jessee, historiador de la iglesia, la carta “muestra que desde el principio, cuando se iba levantando el telón de la iglesia en 1829, la familia Smith habla y dice las mismas cosas que relata después en sus historias”. Y eso “da testimonio en cuanto a la credibilidad de la historia de Joseph Smith y su madre”, dijo Jessee.
Aunque esta carta tienda a desacreditar la teoría de algunos críticos de que Smith haya escrito el primer libro como una novela y haya alegado después que fue por inspiración, en realidad contribuye muy poco en cuanto a confirmar que el libro sea genuinamente de origen divino. Más importante, la declaración de la madre de Smith no es realmente convincente en vista de la advertencia del apóstol Pablo en Gálatas 1:8: “Pero aunque viniéramos nosotros o viniera del cielo algún ángel para anunciarles el Evangelio de otra manera que lo hemos anunciado, ¡sea maldito!”. (La Nueva Biblia [Latinoamérica].)


No están comprendiendo


 El Standard, una publicación católica nacional publicada en Ghana, presentó un editorial acerca de la obra de la Iglesia Católica, y señaló que ésta “ha hecho una enorme contribución al desarrollo del país.” El editorial llama atención a las escuelas, hospitales y clínicas edificados por la iglesia, así como a proyectos agrícolas y de excavación de pozos. “Pero ha llegado el tiempo para empezar a mirar en otra dirección,” dice. “El desarrollo de la gente debe tener mayor prioridad que el desarrollo del país y las instituciones.” ¿Cómo?
“La mayoría del pueblo de Dios que pasa su tiempo en oficinas, haciendas, escuelas y fábricas tiene hambre de alimento espiritual más fuerte. Estas personas están dispuestas a vivir el Evangelio en su plenitud, pero, ¿quién les mostrará el camino? . . . No estamos suministrando a la gente el alimento espiritual que necesita.”
Si esta iglesia no ha hecho esto para el hombre común después de siglos de existencia, ¿qué razón hay para creer que ahora ha de empezar a suministrar el “alimento espiritual” que sus miembros realmente necesitan? El apóstol Pedro mismo recibió el mandato de Jesús sobre esto tres veces, para énfasis, cuando se le preguntó si amaba al Cristo. “Apacienta mis corderos . . . mis ovejas” (no: ‘construye escuelas y hospitales’), se le dijo a Pedro, para que probara su amor. Evidentemente Pedro comprendió, pero la Iglesia Católica no.—Juan 21:15-17, Versión Nácar-Colunga, católica.


¿Monogamia, o poligamia?


¿Debe aceptar la iglesia a miembros que tengan más de un cónyuge? Para resolver esta cuestión, la Iglesia Anglicana de Uganda ha designado a un grupo para que estudie “la poligamia y la familia cristiana”. El Servicio de Prensa Ecuménico informa que, según el obispo Christopher Senyonjo, miembro del grupo que estudia esta cuestión, el tener más de un cónyuge no solo es aceptable, sino también provechoso. ¿Por qué cree eso? Alega que los matrimonios polígamos pueden estorbar el esparcimiento de la enfermedad conocida como SIDA. Además, asegura que la poligamia es opcional para los cristianos, y dice que Cristo “transformará nuestros matrimonios rancios e insípidos en vino dulce, sin importar que sean monógamos o polígamos”.
Sin embargo, la Biblia muestra claramente que Jehová Dios, el Originador del matrimonio monógamo, no concuerda con ese pensar. Él hizo que el apóstol Pablo escribiera por inspiración: “Que cada hombre tenga su propia esposa y que cada mujer tenga su propio esposo”. (1 Corintios 7:2.) Un punto importante es que, después, Pablo escribió lo siguiente sobre los requisitos de los que pastorean el rebaño: “Que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer”. (1 Timoteo 3:2, Versión Moderna.)

Por eso, tanto los cristianos verdaderos de África como los de todo otro lugar ven la poligamia como lo que es: una violación de la ley de Dios.