Colorado Springs (E.U.A.), se convirtió en uno de los principales
centros de evangelización de la cristiandad, fue hace una décadas el escenario
de una polémica sobre determinados métodos de conversión infantil. El diario The
Denver Post informaba que la Iglesia Bautista de Cornerstone utilizaba un
flota de dieciséis autobuses para recorrer la zona buscando niños, a los que
atraían con promesas de darles dulces y gaseosas y llevarlos a un parque de
atracciones. Muchos padres dejaron a sus hijos ir al parque, pero se
disgustaron cuando estos les contaron al regresar a casa que los habían
bautizado. Por lo común, estos “evangelistas” obtienen una autorización escrita
de los padres antes de bautizar a los niños, pero a veces pasaron por alto esa
norma. Según el Post, el ministro de la iglesia dijo de tal autorización
escrita: “Nos hace perder mucho tiempo”.
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