jueves, 26 de marzo de 2015

¿Qué piensa su iglesia acerca de la homosexualidad?


¿Sabe usted con seguridad? ¿Le ha preguntado a su ministro?
Se han efectuado tremendos cambios en las iglesias, incluso cambios en sus puntos de vista sobre la homosexualidad. The Christian Century del 15 de diciembre de 1971 hizo notar:
“Cada vez más sectas ‘principales’ están preparadas para dar la bienvenida a homosexuales como miembros y copartícipes en su vida, tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos.”
Se ve, pues, que las preguntas que se hacen aquí son apropiadas. ¿Realmente sabe usted lo que su iglesia piensa acerca de la homosexualidad?
El éxito manifiesto de que han disfrutado las iglesias establecidas especialmente para los homosexuales ha tenido mucho que ver con el cambio en la actitud de las iglesias ‘principales’ para con la homosexualidad. La primera iglesia homosexual se organizó en 1968, pero actualmente se informa que hay 43 congregaciones para homosexuales en 19 estados de los EE. UU. y Londres, ¡con un total internacional de 15.000 miembros! También, hay la sinagoga para homosexuales Beth Chayim Chadashim en California, y el rabino Erwin Herman dice que su “oportunidad es excelente” para ser miembro de la Unión de Congregaciones Hebreas Americanas.
Por supuesto, todavía es cierto que si ciertas iglesias ‘principales’ se enteran de que su ministro es homosexual, pueden removerlo. Pero dicha acción es contraria a la tendencia. Por ejemplo, ya no es la norma en el Seminario Teológico Unión despedir a homosexuales conocidos que estudian para el ministerio. De hecho, en junio de 1972 la Iglesia Unida de Cristo que tiene dos millones de miembros ordenó a un ministro declarado abiertamente homosexual. En la votación, 27 clérigos favorecieron la ordenación, 13 se opusieron.
Con los cambios en mira, algunos líderes religiosos ahora están declarando abiertamente su homosexualidad. Uno de ellos escribió lo siguiente en The Christian Century del 27 de septiembre de 1972:
“Tengo el más alto grado que se puede ganar en la religión; he enseñado a nivel universitario por casi 20 años; y soy ministro ordenado. . . . Prefiero la compañía de hombres... en la cama y fuera de ella.”
¿Le inspira repugnancia esto a usted? Si amamos a Dios y su Palabra inspirada sí nos inspirará repugnancia, pues la Biblia dice: “No te acostarás con un varón como con una mujer; es una abominación.” También, en vez de tratar a los homosexuales como cristianos, el apóstol Pablo declaró: “No se engañen; ni los inmorales . . . ni los homosexuales . . . heredarán el reino de Dios.” Podían llegar a ser cristianos solo después de abandonar los caminos inmorales.—Lev. 18:22; 1 Cor. 6:9, 10, Revised Standard Version.
A pesar de estas escuetas declaraciones bíblicas, muchas iglesias están dando la bienvenida a homosexuales practicantes. De hecho, el Daily News de Washington informó: “Un número creciente de clérigos (tanto homosexuales como heterosexuales) están oficiando en ‘matrimonios’ homosexuales tanto de varones como de hembras.” Considere, como ejemplo, el Globe de Boston del 8 de abril de 1973 que informó:
“Dos varones de Boston que se conocieron mientras estudiaban para el ministerio metodista unido fueron ‘casados’ ayer en la Iglesia Old West de la secta . . . El Rdo. William E. Alperts, pastor, llevó a cabo . . . la ceremonia matrimonial de los homosexuales.”
“Sin embargo,” quizás diga usted, “mi iglesia jamás aprobaría cosa semejante.” Pero, ¿está usted seguro? ¿Sabía usted que muchos líderes de cuerpos religiosos episcopal, presbiteriano, luterano, católico, metodista, bautista y otros aprueban la homosexualidad?
El obispo EPISCOPAL J. Brooke Mosley, presidente del Seminario Teológico Unión de la ciudad de Nueva York, dijo:
“Firmemente creo que una persona orientada homosexualmente puede ser cristiana sana y fiel; y lo que es más, que él o ella puede ser un ministro cristiano dedicado... y algunas de ellas ya lo son.”
En 1970 la Asamblea General 182 de la IGLESIA PRESBITERIANA UNIDA publicó y recomendó para estudio un informe que declaraba:
“Las reflexiones éticas y las actitudes personales de la comunidad cristiana deben ser de tal índole que a las personas homosexuales no se les haga sentir que su preferencia sexual está en conflicto irresoluble con el ser miembros de la confraternidad cristiana.”
También en 1970, en su Quinta Asamblea Bienal, la IGLESIA LUTERANA DE ESTADOS UNIDOS aprobó esta declaración sobre la homosexualidad:
“Las personas que participan de comportamiento homosexual son pecadoras solo como lo son todas las otras personas... alejadas de Dios y del prójimo. . . . Es esencial verlas como personas que tienen derecho a entendimiento y a justicia en la iglesia y la comunidad.”
El sacerdote CATÓLICO ROMANO Henry Fehren, escribiendo en el U.S. Catholic de septiembre de 1972, revista que fue “publicada con aprobación eclesiástica,” dijo:
“Si Dios no aborrece, sino más bien ama, al homosexual con la naturaleza con la cual fue creado nosotros no podemos hacer menos. Y esto significa que tenemos que aceptar al homosexual tal como es. . . .
“El amor homosexual puede ser tan noble, hermoso y santo como el amor heterosexual.”
W. Paul Jones, profesor de la Escuela de Teología Saint Paul METODISTA de Kansas City, Misuri, escribió esto en Pastor Psychology de diciembre de 1970:
“Llegamos a la conclusión de que . . . la relación profunda entre dos miembros del mismo sexo no solo es moralmente permisible sino que ha de buscarse, estimularse, apoyarse y facilitarse con todas las facultades a nuestra disposición. No hay sustituto para tal relación, y no ha de ser privado de ella el homosexual.”
Y en Review and Expositor, primavera de 1971, una revista publicada por la facultad del Seminario Teológico BAUTISTA MERIDIONAL de Louisville, Kentucky, el profesor John H. Boyle dijo:
“Las raíces del pecado no yacen en el acto mismo homosexual. . . .
“Si la Iglesia es fiel a su llamamiento tiene que declarar osadamente que los homosexuales son personas, hechas a la imagen de Dios, por quienes murió Cristo, y que por la gracia de Dios los que no eran pueblo son pueblo de Dios, porque en otro tiempo no habían recibido misericordia pero ahora han recibido misericordia.”
Sí, eminentes líderes religiosos de las iglesias ‘principales’ verdaderamente aprueban la homosexualidad. Han rechazado la Biblia. Como dijo el obispo episcopal Brooke Mosley: “Nuestro entendimiento de la moralidad cristiana ha avanzado mucho más allá de las leyes del Antiguo Testamento . . . y de los edictos de San Pablo.” Si los líderes de las iglesias ‘principales’ dicen cosas semejantes, ¿puede usted realmente saber con certeza que su ministro no opina lo mismo? ¿Por qué no le pregunta?


¿Quiénes serán evangelizadores?


En  una reunión del Consejo Mundial de Iglesias celebrada hace sesenta años, se instó a los miembros a “llenarse de un espíritu evangelizante” y a enseñar a sus rebaños a “ir a evangelizar”. Un lustro después, el eclesiástico católico John A. O’Brien escribió sobre la necesidad de captar nuevos discípulos “yendo adonde ellos”, y no simplemente “quedándose sentados en casa”. Y en enero de 1994, el papa Juan Pablo II dijo que “no [era] momento para avergonzarse del Evangelio, sino para pregonarlo desde las azoteas”.
Al parecer, estos llamamientos ocasionales pidiendo evangelizadores han caído en oídos sordos. Un artículo del periódico australiano Illawarra Mercury dijo: “Los católicos prominentes de la costa sur no desean dar a su fe un enfoque como el de los testigos de Jehová”. Un hombre afirmó que la evangelización sencillamente “no forma parte de la mentalidad católica”. Otro argumentó: “Está bien que la Iglesia se promocione a sí misma, pero no tocando a las puertas. Tal vez fuera mejor hacerlo a través de las escuelas o por carta”. Incluso el deán de una catedral no estaba muy seguro de cómo interpretar los comentarios del Papa. “Animaremos a la gente a vivir el Evangelio que conoce —dijo—. Que esto signifique hacer visitas a domicilio es otra cosa.” El titular del artículo resumió muy bien la situación: “Los católicos no quieren obedecer el llamamiento del Papa para que se predique”.
Pese al fracaso de la cristiandad en lo que respecta a evangelizar, más de cinco millones de testigos de Jehová obedecen el mandato de Jesús de ‘ir y hacer discípulos de gente de todas las naciones’. (Mateo 28:19, 20; compárese con Hechos 5:42.) Actualmente predican de casa en casa en más de doscientos treinta países. Llevan un mensaje positivo, que realza las magníficas promesas de la Biblia para el futuro. ¿Por qué no habla con ellos la próxima vez que lo visiten?


¿Qué lleva a tantas personas a hacerse testigos de Jehová?


En muchos países la gente está haciendo precisamente eso. Por ejemplo, en Bolonia, Italia, las autoridades eclesiásticas, con la aprobación del papa, celebraron un congreso para estudiar la manera de combatir el éxito de los testigos de Jehová. La Iglesia Católica levantó un “clamor de alarma”, según el periódico La Repubblica, porque cada año diez mil católicos se hacen testigos de Jehová.
El jesuita Giusseppe De Rosa dijo que “desde el punto de vista religioso los más peligrosos son los testigos de Jehová. Vienen completamente adiestrados; siempre tienen la Biblia en la mano”.
En un artículo de fondo que trataba específicamente de los testigos de Jehová, la revista jesuita La Civiltá Cattolica del 18 de febrero de 1984 dijo:
“La primera razón para la difusión de este movimiento está en las técnicas de propaganda [es decir, en la predicación]. Por una parte la obra es esmerada, efectuada de casa en casa por personas a quienes se adiestra escrupulosamente en esta obra, y que están profundamente convencidas [...]
”La segunda razón del éxito de los TJ es la fuerza de atracción del mensaje jehovista, porque puede satisfacer las necesidades, demandas y expectativas de la gente de nuestro tiempo. Ante todo, satisface la necesidad de certezas, algo que se aprecia mucho en un tiempo en que todo es dudoso e inestable. [...] Sobre todo, es una revelación absolutamente segura del futuro, y, por lo tanto, todos los que la aceptan experimentan liberación de todo temor y ansiedad y pueden enfrentarse al futuro con gozo, con la seguridad de que sobrevivirán a la destrucción que le traerá el tremendo día de juicio de Dios a un mundo inicuo, para vivir en felicidad eterna en la Tierra. En segundo lugar, el mensaje jehovista ayuda a vencer la inquietud del individuo frente a los ayes de este mundo, al anunciar que dentro de poco tendrá fin la situación insoportable de hoy día, y que pronto, por lo tanto, habrá una nueva era, nacerá un nuevo mundo del cual serán eliminados todos los inicuos que ahora triunfan. [...]
”La tercera razón del éxito de los TJ es que ese movimiento da a sus miembros una identidad precisa y fuerte, y es un lugar donde se les acoge con afecto y un sentido de hermandad y solidaridad”.
El documento del Vaticano analizó las necesidades de la gente en la actualidad, y la cita anterior tomada de la revista jesuita La Civiltá Cattolica mostró que el mensaje de los testigos de Jehová es lo que satisface esas necesidades. Esto lo muestra también el escritor católico Vittorio Messori en su libro reciente Scommessa sulla morte (Una apuesta sobre la muerte), en el cual escribe:
“Pone a uno a pensar el darse cuenta de que una de estas sectas apocalípticas —los testigos de Jehová— es la confesión o religión que más rápidamente crece en el mundo. Está entre las religiones que más se practican en muchos países [...] y quizás está en primer lugar en lo que se refiere a fervor, celo, activismo, capacidad para hacer prosélitos.
”Y su presencia, cada vez más acentuada, no se limita a países de tradición cristiana, sino que alcanza al mundo entero, donde, en el nombre de Jehová, y en poco tiempo, obtienen resultados que suelen ser superiores a los de misioneros católicos, protestantes y ortodoxos que han trabajado por siglos.
”Esta impresionante fuerza expansiva se les hace incomprensible solo a los que no quieren admitir que [...] evidentemente el modo como entienden la Biblia los testigos de Jehová satisface verdaderas necesidades que otras teologías ya no satisfacen.
”No se puede evitar la cuestión insinuando que los Testigos prosperan porque asustan a la gente. Sucede precisamente lo contrario: A diferencia de las iglesias ‘oficiales’, niegan la existencia del infierno, y predican aniquilación, desaparición definitiva después de la muerte, para los inicuos e incrédulos. Quizás esa sea una perspectiva desagradable; pero ciertamente asusta menos que la amenaza de dolores terribles por toda la eternidad”.
Sí, el Dios de los testigos de Jehová es un Dios amoroso, no uno que aterrorice a la gente.
La siguiente cita es de la revista católica Mondo erre de marzo de 1986: “Debe decirse que los testigos de Jehová son los primeros que viven la fe que predican: No se encolerizan, no fuman, no acumulan riquezas, se mantienen fuera de las discusiones políticas, [...] pagan los impuestos, viven una vida virtuosa y honrada, son felices y serviciales. Todo esto ha hecho que la gente los aprecie”.
Entrevistas de personas que abandonaron el catolicismo
Es interesante considerar algunos relatos de primera mano que muestran por qué dos ex católicos escogieron otra religión.
Rosanna C., una joven casada que vive en la provincia de Parma (en el norte de Italia), dice:
“Tuve una infancia tranquila. Recibí mucho afecto de mis padres y una educación católica normal. Durante la adolescencia desarrollé un deseo que es común entre mucha gente joven: quise hacerme útil a Dios y servirle. Este deseo se intensificó cuando leí un ejemplar del Evangelio que compré en un quiosco de libros. Nunca antes lo había leído. Lo que leí me hizo amar a Jesús. Me di cuenta de que él tenía un mensaje de esperanza para la humanidad, aunque yo no podía entender su significado. También me di cuenta de que sus discípulos tienen que mostrar profundo amor a Dios y a su semejante”.
¡Despertad!: ¿Le satisfacía la manera como practicaba su religión?
Rosanna: En realidad, no. Cuando tenía 17 años enseñé catecismo a niños de 10 a 12 años de edad. Como miembro de un grupo juvenil de la Acción Católica participé en reuniones y meditación espiritual. En sentido religioso me hallaba muy ocupada. Pero había dos cosas que no me gustaban. La Biblia, el libro que tanto respetaba yo, nunca se examinaba, y en el grupo al que yo pertenecía no había verdadero amor altruista ni unidad. Pero eso no era todo. Me preocupaba el hecho de que el grupo aceptaba y tenía en alta estima a un sodomita y a una lesbiana. Cierta tarde no pude contenerme y me puse a llorar.
¡Despertad!: ¿Se le hizo fácil hacerse testigo de Jehová?
Rosanna: ¡De ninguna manera! Al principio, cuando mis padres empezaron a recibir visitas de los testigos de Jehová, no quise escuchar. Sin embargo, después, impresionada por los buenos modales de los Testigos, decidí conocerlos y participé en una consideración de asuntos bíblicos con ellos. Esto fue decisivo para mí. Lo que más me impresionó fue el hecho de que para cada objeción que yo presentaba ellos me daban una respuesta clara tomada de la Biblia.
¡Despertad!: ¿Pidió usted consejo a algún sacerdote después de aquella conversación?
Rosanna: Sí, a varios, y a una monja. Ellos no estaban muy interesados en ayudar a una ‘oveja perdida’. Después de un estudio cuidadoso de la Biblia, simbolicé mi dedicación a Jehová por bautismo en agua en 1977.
Claudio C., de 30 años, de Isernia (en el centro de Italia), dijo:
“A los diez años de edad entré voluntariamente en un seminario de los frailes capuchinos. Deseaba servir a Dios como misionero. La vida de seminarista tenía sus problemas debido a ciertas situaciones que existían en el seminario; pero lo que realmente me perturbó fue que mis superiores rehusaron darme un ejemplar de la Biblia, a pesar de mis grandes deseos de leerla. Me preocupé todavía más cuando un sacerdote nos dijo que el hombre había llegado a existir por evolución. Me di cuenta de que no podía alcanzar mi meta de servir a Dios en el seminario, de modo que lo abandoné a la edad de 15 años”.
¡Despertad!: ¿Cómo se puso en comunicación con los testigos de Jehová?
Claudio: Ellos llegaron a mi casa. Recuerdo que les hice preguntas directas, y me dieron respuestas directas y precisas. Me dejaron dos libros: ¿Llegó a existir el hombre por evolución, o por creación? y ¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios? Los leí y me di cuenta de que la teoría de la evolución no tiene fundamento, y de que las Escrituras han sido inspiradas por Dios. Mi hermano había empezado a buscar conmigo la verdad, y ambos nos preguntábamos si acaso los Testigos en realidad eran los representantes del cristianismo verdadero. Teníamos que examinar más cuidadosamente sus doctrinas.
¡Despertad!: Entonces, ¿qué hicieron?
Claudio: Conversamos con tres sacerdotes y con ministros de varias religiones protestantes. Después de investigar cuidadosamente, quedamos convencidos de que los testigos de Jehová eran quienes realmente ayudaban a la gente a entender la Biblia. Nos bautizamos como testigos de Jehová, y finalmente he logrado la meta de mi niñez de servir a Dios.
¿Está usted dispuesto a comparar sus puntos de vista religiosos con la Biblia, la Palabra de Dios? ¿Tiene el valor de hacer eso con mente abierta?


Los cristianos tienen que testificar


En los últimos años, líderes eclesiásticos han expresado con insistencia que es necesario que se dé un testimonio cristiano. Y eso deberían hacer ellos, pues la palabra “testigo” y sus derivados, basados en la palabra griega martýs, aparecen 34 veces en las Escrituras Griegas Cristianas (“Nuevo Testamento”), Versión Valera. Examinemos algunas de las declaraciones provenientes de la cristiandad.
El papa Juan Pablo II, según una cita publicada en L’Osservatore Romano (edición semanal en inglés) del 30 de abril de 1984, dijo: “El testimonio, como recalcó mi predecesor Paulo VI, ‘es un elemento esencial de la evangelización, y por lo general es el primero’ (Evangelii Nuntiandi, núm. 21). Es especialmente urgente en nuestra era, en la desorientación de la mente y en el eclipse de los valores que están desarrollando una crisis que se revela cada vez más claramente como una crisis total de la civilización”. Un año antes, en otro número del mismo periódico, se informó respecto a una audiencia papal bajo el titular: “El mundo del trabajo necesita testigos cristianos”.
Así da énfasis a la necesidad de testificar la Iglesia Católica Romana. Pero ¿qué dicen los portavoces protestantes acerca de la importancia de testificar?
La sexta Asamblea General del Concilio Mundial de Iglesias, que ahora tiene 301 miembros, se reunió en Vancouver del 24 de julio al 10 de agosto de 1983, y luego publicó su International Review of Mission (octubre de 1983), el cual incluía un artículo de 36 páginas titulado “Testificando en un mundo dividido”. Bajo el subtítulo “Todos los cristianos son llamados a testificar”, el artículo declaró francamente: “Para el cristiano, la tarea y el acto de testificar es una respuesta a su lealtad a Dios y una expresión de ésta. [...] El testificar es por mandato divino. Testificamos de la supremacía y el amor de Dios, el creador y dador de vida”.
La publicación teológica bautista Review and Expositor da énfasis a lo mismo, diciendo: “Un estudio del libro de Hechos revela que se agregaron nuevos creyentes a la iglesia porque los cristianos testificaban. Si no se está trayendo a nuevos conversos, pues, es muy probable que los cristianos no estén testificando”.
Aunque las sectas de la cristiandad están completamente divididas en cuanto a ideología y doctrina, parecen estar de acuerdo sobre la necesidad de testificar. Pero ¿están sus miembros cumpliendo con la obligación de testificar?
Sobre eso, Michael Green, rector de la iglesia St. Aldgate, de Oxford, Inglaterra, escribe: “Se acusó a nuestros antepasados en la fe de ‘trastornar el mundo’ con las buenas nuevas que ellos decían a la gente respecto a Jesús (Hechos 17:6). [...] Aquí es donde diferimos enormemente de la iglesia primitiva, cuando todo hombre y mujer consideraba que tenía la tarea de dar testimonio de Jesucristo por todo medio que tuviera a su disposición”.
Un folleto bautista, Witnessing in Today’s World, declara: “El cristiano dedicado quizás diga: ‘Pues, yo no sabría por dónde empezar al tratar de testificar a otra persona’”. Añade: “La reacción inmediata de muchos miembros de la iglesia bautista, cuando se menciona el testificar, es: ‘Nosotros pagamos al pastor para que haga eso’”.
Además, una publicación de Westminster, The Christian as Communicator, admite: “Es muy posible que se esté pasando por alto la responsabilidad de comunicar el evangelio, simplemente porque los cristianos no tienen mucho que decir”.

Claro, los miembros de las sectas de la cristiandad “no tienen mucho que decir”. Y en esto radica el punto crucial de su problema. No han reconocido el cumplimiento del día moderno de “la señal” que Jesús dio respecto a su “presencia” en la gloria del Reino y “la conclusión del sistema de cosas”. Los que ven esa “señal” se sienten impelidos a testificar acerca de ella. ¡Qué alegres podemos sentirnos de que los cristianos verdaderos hoy tengan muchísimo que decir, mientras testifican celosamente respecto al Reino entrante de Jehová mediante Cristo Jesús! (Mateo 24:3-14; Isaías 43:12.)

Los cardenales explican por qué los católicos dejan la Iglesia


“El nacimiento y la difusión de sectas o nuevos movimientos religiosos es un fenómeno notable en la historia religiosa de nuestros tiempos. Trabajan con una gran vitalidad”, declaró el cardenal nigeriano Francis Arinze en el consistorio extraordinario celebrado en el Vaticano en abril de 1991, según se informó en la edición semanal vaticana en lengua española de L’Osservatore Romano. Otro cardenal, Ernesto Corripio Ahumada, arzobispo de Ciudad de México, fue aún más directo en su alocución. Dijo respecto a la proliferación de nuevos movimientos religiosos: “Las sectas pseudocristianas más difundidas son los Testigos de Jehová y los mormones”. Asimismo, el cardenal español Ángel Suquía Goicoechea, arzobispo de Madrid, incluyó a los testigos de Jehová entre las asociaciones religiosas “implantadas en mayor número de países”.
¿En qué radica el éxito de estos grupos en zonas y países mayoritariamente católicos? Varios cardenales adujeron diversas razones. Uno de ellos, Ricardo J. Vidal, arzobispo de Cebú (Filipinas), declaró: “El medio más eficaz que usan para lograrlo suele ser un ataque directo contra las enseñanzas y prácticas católicas, especialmente contra la devoción a María, las imágenes, el culto a los santos, el sacramento de la confesión, el papel del celibato sacerdotal, etc.”.
Este comentario reviste interés en vista de que los cristianos del siglo I no dieron comienzo a ninguna de estas prácticas. La confesión del cardenal recuerda la declaración de otro prelado católico, el cardenal Newman, quien escribió en 1878: “La utilización de templos y su consagración a determinados santos [...], las ofrendas votivas [...], el agua bendita [...], [y] más tarde las imágenes [...], son todas [prácticas] de origen pagano santificadas por su adopción en la Iglesia”.
¿Qué otras razones adujeron los cardenales para la “vulnerabilidad” de su grey? Según el cardenal Vidal, una es “la escasez de sacerdotes que podrían ejercer su ministerio respondiendo de una manera personal a las necesidades de los fieles católicos. No hay que maravillarse, por tanto, de que muchas de nuestras diócesis sean campos abiertos para las actividades proselitistas de las sectas”. Ahora bien, ¿a qué se debe la falta de sacerdotes? Un factor de primer orden es la norma antibíblica del celibato sacerdotal, impuesta en la Iglesia latina en el siglo XII, y esto pese a que en 1 Timoteo 4, versículos 1 y 3, las Escrituras explican (según la versión católica Biblia de Jerusalén): “El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe [...]; éstos prohíben el matrimonio”. (Compárese con 1 Corintios 9:5; 1 Timoteo 3:1, 2.)

¿Qué propuesta para solucionar el problema del abandono de la Iglesia avanzó el cardenal Vidal a sus compañeros de prelacía? “Tenemos planteado el reto de leer y estudiar, meditar y vivir la palabra de Dios.” Esto es exactamente lo que los testigos de Jehová instan a hacer a todas las personas sinceras, sin importar sus antecedentes sociales o religiosos. Por esta razón, están muy resueltos a predicar “esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones”, antes de que Dios acabe con este mundo dominado por Satanás. Si su deseo es “leer y estudiar [...] la palabra de Dios”, póngase en contacto con los testigos de Jehová en el Salón del Reino de su población. (Mateo 24:14, BJ; 1 Juan 5:19.)

Los bautistas son mucho más conocidos por sus luchas que por el fomento de la paz




 “Los bautistas son mucho más conocidos por sus luchas que por el fomento de la paz. [...] Cuando el problema de la esclavitud [en Estados Unidos] y otras circunstancias dividieron a las confesiones y luego a la nación en el siglo XIX, los bautistas en el norte y en el sur por igual apoyaron el esfuerzo bélico dándole el carácter de una cruzada justa, convencidos de que Dios estaba de su parte. Los bautistas también apoyaron a su país en las guerras contra Inglaterra (1812), México (1845) y España (1898), argumentando en estas dos últimas que se trataba ‘principalmente de llevar la libertad religiosa a los pueblos oprimidos y de abrir nuevos territorios a la obra misionera’. No se está diciendo que los bautistas desearan la guerra en vez de la paz, sino que, en su mayoría, cuando la guerra fue una realidad, apoyaron el esfuerzo bélico nacional y participaron en él”, comenta una revista teológica bautista (Review and Expositor—A Baptist Theological Journal).

LAS “OVEJAS” LEALES GUARDAN INTEGRIDAD


Las “ovejas” de la ilustración de Jesús hicieron esfuerzos extraordinarios por ministrar o servir a los “hermanos” del Rey mientras éstos estaban enfermos y en prisión. Y hoy, en algunas partes de la Tierra, no solo los del “rebaño pequeño,” sino también las “otras ovejas” que sirven de manera tan leal y con tanta unidad con ellos, han experimentado escasez y persecución, enfermedad y aprisionamiento. Por ejemplo, de 1933 a 1945, cuando el nazi Hitler estuvo procurando con empuje conseguir la dominación mundial, los testigos de Jehová experimentaron persecuciones enconadas... primero en los países nazifascistas, y después en todas las naciones en guerra. Muchos, tanto del “rebaño pequeño” como de las “otras ovejas” del Señor, fueron muertos. ¡Pero vencieron maravillosamente al adherirse firmemente a su integridad al Rey y su reino!
Los historiadores han comentado frecuentemente en cuanto al contraste que hubo entre la actitud de transigencia de las religiones de la cristiandad y la integridad de los testigos de Jehová bajo presión. Por ejemplo, en el libro A History of Christianity, publicado en Londres, Inglaterra, en 1976, Paul Johnson dice primero lo siguiente acerca de las iglesias católica y evangélica de la Alemania de Hitler: “Ambas iglesias, por lo general, dieron apoyo masivo al régimen. Los obispos católicos dieron la bienvenida al ‘nuevo y firme énfasis sobre la autoridad en el estado alemán’; el obispo Bornewasser dijo a la juventud católica en la Catedral de Trier: ‘Con cabeza en alto y paso firme hemos entrado en el nuevo reich y estamos dispuestos a servirle con toda la potencia de nuestro cuerpo y alma.’ En enero de 1934 Hitler habló con doce líderes evangélicos, y después de esta reunión ellos . . . emitieron un comunicado en el cual declaraban solemnemente que ‘los líderes de la Iglesia Evangélica Alemana afirman unánimemente su lealtad incondicional al Tercer Reich y su caudillo.’”
Entonces, con referencia a las pocas personas que afirmaban ser cristianas y que, según él dijo, “se adhirieron a sus principios,” el escritor pasa a decir: “Los más valerosos fueron los testigos de Jehová, quienes proclamaron su franca oposición doctrinal desde el principio y sufrieron en armonía con ello. Rehusaron dar cooperación alguna al estado nazi, al cual denunciaron como totalmente malvado. . . . Muchos fueron sentenciados a muerte por negarse a rendir servicio militar . . . ; o terminaron en Dachau o en asilos para dementes. A la tercera parte de ellos, de hecho, se les mató; el noventa y siete por ciento sufrió persecución de una forma u otra. Fueron el único grupo cristiano que despertó la admiración de Himmler.”
No como pacifistas, sino como cristianos neutrales que apoyaban el reino entrante de Dios, jóvenes Testigos se encararon a prisión y a ejecución por no violar su integridad, como de ello testifica una típica ‘última carta’ que se presenta con este material. Por toda la Tierra, fuera en países del Eje o de los Aliados, los “hermanos” del Rey y sus “ovejas” compañeras fueron atacados por chusmas, golpeados, enviados a prisión y maltratados. Pero vencieron en su guerrear espiritual. El Diablo no pudo quebrantar la lealtad de ellos al Reino. Como Jesús antes de ellos, demostraron que ‘no eran parte’ del mundo de Satanás.—Juan 15:19.


Las drogas... peligrosas y mortíferas


La historia de las drogas —sustancias que afectan a los sentidos— se remonta a los albores de la humanidad. Las sustancias naturales que actúan sobre el sistema nervioso se descubrieron pronto: el alcohol para relajar una mente cansada, los opiáceos para aliviar el dolor e inducir el sueño, las hojas de coca para inhibir los sentidos e incrementar el aguante.
El alcohol se conoce desde hace mucho tiempo. En la Biblia, en Génesis 9:20, 21, se nos dice que “Noé comenzó a trabajar de labrador y procedió a plantar una viña. Y empezó a beber del vino y se embriagó”. Al parecer, el opio ya era conocido en la antigua Mesopotamia, y hay registros de que se usaba extensamente en la antigua Grecia. El peyote, el tabaco, la coca, el soma, todas estas son drogas que han desempeñado un papel importante a lo largo de la historia.
Incluso en la literatura de ficción, las drogas han encontrado un hueco. Homero cuenta de la pérdida de memoria que sobrevino a algunos de los hombres de Ulises en la tierra de los lotófagos. El afamado detective novelesco Sherlock Holmes se inyectaba una solución de cocaína al 7% que decía encontrar “maravillosamente estimulante y clarificadora para la mente”, un punto de vista similar al que promovía Sigmund Freud, un intelectual de la vida real.
Las propiedades medicinales de las drogas fueron descubiertas rápidamente, pero su uso no se limitó a la medicina. Comenzaron a emplearse extensamente en ritos religiosos. Se las utilizaba para tratar de ampliar la capacidad de percepción, intensificar los sentimientos, acentuar el aprecio, alterar los estados de ánimo e incrementar la capacidad de amar. Pero también tenían una capacidad infinita para la destrucción y para crear problemas sociales.
Es interesante notar que muchas de las drogas que hoy están prohibidas no siempre fueron consideradas peligrosas para la salud o el bienestar humanos. Por ejemplo: durante la segunda mitad del siglo XIX, la cocaína, el opio y la heroína estaban legalizadas en Estados Unidos y se conseguían con facilidad. Podían comprarse sin receta en cualquier farmacia. Algunas se usaron extensamente en medicinas patentadas. La Coca-Cola contuvo cocaína durante diecisiete años, hasta que fue reemplazada por la cafeína en 1903.
Algunos países que en la actualidad tratan de acabar con el comercio de las drogas anteriormente lucharon para expandirlo. Las guerras del opio —dos guerras peleadas a mediados del siglo XIX por cuestiones comerciales cuando el gobierno chino trató de detener el mercado ilegal de opio en su país— terminaron con la derrota de China y la obligación de legalizar la importación de opio a ese país.
¿Delito sin víctimas?
También hoy hay quien favorece la legalización de las drogas. Se considera que esto es la solución de los problemas que supone el comercio ilegal de drogas. Otros opinan que consumir drogas “para divertirse” es un asunto personal y privado, y lo califican de diversión inofensiva. Pero, ¿es el consumo de drogas ilegales un “delito sin víctimas”, como aseguran algunos? Considere los siguientes ejemplos:
● Natasha Ashley, una mujer de veintiséis años de edad embarazada de ocho meses y medio, está hablando con una amiga en una acera de una zona llamada Little Italy, en la ciudad de Nueva York. Súbitamente, un coche salta el bordillo, atropella a las dos mujeres y aplasta la pierna izquierda de la señora Ashley contra una farola, dejándosela casi destrozada desde la rodilla hacia abajo. Su amiga también resultó con una pierna rota. La policía encontró al conductor dentro del automóvil bajo los efectos de las drogas y mientras todavía sostenía en la mano una jeringuilla. “Parece que se administró una sobredosis mientras conducía”, dijo el paramédico que atendió a las víctimas.
● Michael Perkins, de tan solo doce años de edad, está muerto. Murió en un incendio que destruyó el edificio de apartamentos en el que vivía. La policía dice que el incendio fue provocado por traficantes de crack después de que su padre se quejara de las actividades relacionadas con la droga que llevaban a cabo en el edificio.
● Rosa Urena no comenzará a asistir a la universidad el próximo otoño ni se casará el año que viene, como había planeado. Mientras dormía en su cama, fue herida de muerte en la cabeza por una bala perdida que atravesó la ventana de su habitación y la cabecera de la cama. Debido a una disputa territorial, unos traficantes de drogas acribillaron a balazos el edificio donde vivía.
● Un adicto al crack de diecisiete años de edad comienza una serie de robos para sostener su drogodependencia. Ocho días más tarde, cuando se le captura, lleva asesinadas a cinco personas y heridas a otras seis. “Todas las víctimas eran simples trabajadores inocentes”, hizo notar el jefe de los detectives a cargo del caso.
Todos estos incidentes relacionados con las drogas no son más que unos cuantos de los que tuvieron lugar este año en una sola ciudad. Y están aumentando a un ritmo alarmante.
¿Cuán seguro se sentiría usted en una autopista si supiera que un porcentaje relativamente alto de los demás conductores han ingerido una droga que afecta el juicio y los reflejos? ¿Subiría tranquilo a un autobús, un avión o un tren si supiera que los responsables de su seguridad podrían estar bajo los efectos de las drogas? “Ya se han dado casos de drogadictos que son pilotos de avión, maquinistas de tren, conductores de autobuses y camiones, empresarios, médicos, profesores y otras personas que ocupan cargos de autoridad y que han originado situaciones peligrosas por ‘colocarse’ [drogarse] mientras están de servicio”, dice el periódico Manchester Guardian Weekly.
La investigación llevada a cabo sobre un reciente accidente ferroviario de trágicas consecuencias ocurrido en Mount Vernon (Nueva York) reveló que los cinco ferroviarios implicados habían tomado drogas. El administrador federal de ferrocarriles, John H. Riley, dijo: “Durante los pasados dieciséis meses hemos tenido una media de un accidente ferroviario grave en el que hubo implicado consumo de alcohol o de drogas cada diez días, con un saldo de más de 375 personas fallecidas o heridas. En los últimos dos años, uno de cada cinco accidentes ferroviarios en los que hemos hecho pruebas para detectar drogas ha dado positivo, y el 65% de las víctimas mortales ha fallecido en accidentes en los que uno o varios empleados habían ingerido alcohol o drogas”.
Las drogas y el crimen
Uno no tiene que viajar para sufrir las consecuencias del extenso consumo de drogas. Las víctimas frecuentemente son personas que están en sus propios hogares o en las calles. Impelidos por la necesidad de sostener su costoso hábito, muchos drogadictos recurren a cometer delitos: asaltos, robos, robos con escalo. “Un estudio efectuado recientemente por el Departamento de Justicia descubrió que un sorprendente 79% de los acusados de delitos en algunas ciudades dieron positivo en las pruebas para detectar el consumo de drogas”, dice la revista U.S.News & World Report.
Además, también hay que considerar los frecuentes tiroteos entre facciones rivales del mundo de las drogas y las represalias que toman contra los que no les pagan. En muchas ocasiones, transeúntes inocentes se ven atrapados en estas confrontaciones. “Si sucede que alguien a quien hay que matar se encuentra en un grupo de otras cuatro o cinco personas —dice un oficial de policía—, lo sentimos por esas cuatro o cinco personas.”
En la capital de Estados Unidos, Washington D.C., hubo 228 asesinatos en 1987, el 57% de los cuales estuvieron relacionados con los estupefacientes. En la ciudad de Nueva York se cometieron 1.961 asesinatos, una media de cuatro diarios. Más del 38% de estos asesinatos pueden atribuirse a las drogas. “El Departamento de Bomberos de Oakland (California, Estados Unidos) atribuye más de 180 casos de incendios premeditados ocurridos en la ciudad el año pasado a las guerras entre las diferentes bandas de traficantes de drogas y a las represalias tomadas contra clientes morosos o residentes que se quejaron públicamente del comercio de crack —una forma muy potente de cocaína— que se lleva a cabo impunemente en la ciudad”, dice un informe del periódico The New York Times.
La sociedad entera siente los efectos tanto del abuso de las drogas —el aumento de delitos y violencia, las cargas que suponen la reducción de la productividad económica y los trágicos accidentes, la corrupción pública— como del alto costo que este abuso supone. Pero, en realidad, quienes pagan el precio más alto son los propios consumidores de drogas. ¿Cómo?
Los riesgos de consumirlas
“La drogadicción es mala. Puede destruir la mente y matar el cuerpo. En una palabra, es una cosa estúpida.” Así se expresó con relación a las drogas Malcolm Lawrence, quien fue colaborador especial del secretario de Estado norteamericano para el Control Internacional de Estupefacientes. Pero, ¿qué hay de los que se jactan de que no son adictos y aseguran que pueden dejarlo cuando quieran? “Conozco gente que ha tomado crack varias veces y nunca lo ha vuelto a hacer”, dijo un estudiante de escuela secundaria.
“Es verdad que no todos los chicos que le dan una chupada a un porro o se beben una botella entera de licor terminan como yo”, dice un ex adicto llamado Ken Barun, que empezó a consumir marihuana cuando tenía dieciséis años y luego pasó a píldoras, alucinógenos, heroína y cocaína. Él pensaba que nunca llegaría a cumplir veinticinco años. Pero muchos sí desarrollan drogodependencia, y nadie puede decir a quién le va a suceder eso hasta que ya es demasiado tarde.
Uno de los problemas de las drogas es que le dejan a uno indefenso. Por ejemplo: la cocaína, en la actualidad una de las drogas de las que más se abusa, en un principio hace que uno se sienta más fuerte, más despierto y seguro de sí mismo, hace que uno sienta que puede controlar más su propia vida. Es una sensación tan buena, que impele a desear probarla una y otra vez. Pero cuando uno continúa con el consumo, comienza a sentirse mal sin la droga: inquieto, confuso, nervioso, deprimido. Le hace falta más. Ahora bien, junto con el consumo continuado vienen la adicción y una larga serie de problemas, entre los que están la paranoia, las alucinaciones y las psicosis.
Los investigadores han descubierto que el consumo de cocaína puede causar daños permanentes al corazón y provocar ataques cardiacos y apoplejías. Se cree que Len Bias, un famoso jugador norteamericano de baloncesto que murió en 1986 debido a un ataque al corazón provocado por la cocaína, solo tomó la droga una vez.
El crack, un derivado de la cocaína, es aún peor. La publicación Medical Aspects of Human Sexuality dice que “la razón de que el crack sea tan peligroso es que es una droga con un potencial extremadamente alto para crear adicción y una enorme capacidad para causar graves trastornos médicos y psiquiátricos”. Puesto que es barato y fácil de conseguir, atrae especialmente a los jóvenes. Se sabe de consumidores de crack que han asesinado a sus padres y después se han suicidado.
“Los informes de muertes y emergencias médicas relacionadas con la cocaína aumentaron significativamente entre los años 1983 y 1986”, dice un informe especial del interventor general de Estados Unidos. Los datos recogidos por DAWN (siglas en inglés para Servicio de Información sobre el Abuso de las Drogas) de diversos médicos y hospitales muestran un aumento de un 167% en las emergencias médicas y de un 124% en las muertes causadas por el consumo de esta droga en dicho período.
Trágicos efectos en los jóvenes
Uno de los resultados más trágicos del abuso de las drogas es el efecto que tiene en los niños. “La historia del maltrato y abandono de niños en la ciudad de Nueva York durante 1987 es la historia de un aumento vertiginoso en el abuso de las drogas”, informa el Internal Fatality Review Panel of the Human Resources Administration, uno de los organismos oficiales de la ciudad. Se dieron 46.713 casos de maltrato y abandono de niños, con el resultado de que murieron 103 de estas criaturas. Aparte de esto, durante el año fiscal de 1987 nacieron en la ciudad más de 2.500 niños con síntomas de síndrome de abstinencia. Como consecuencia de la cocaína, muchos bebés nacen prematuramente. Además, pesan muy poco al nacer, ya que la droga limita el flujo de sangre a la placenta y reduce el suministro de oxígeno y sustancias nutritivas que llegan al feto.
También nacen bebés con el terrible virus del SIDA, transmitido por el consumo de drogas por vía intravenosa y contagiado por la madre al feto. Para finales de este año, tan solo en la ciudad de Nueva York habrán nacido unos mil bebés infectados con el virus del SIDA. “Únicamente hemos empezado a ver la devastación”, dice el doctor Leonard Glass, director de la sección neonatal del Centro Hospitalario de Kings County. Todos los meses mueren a causa del SIDA en este hospital de Brooklyn tres o cuatro bebés.
En vista de las peligrosas y mortíferas consecuencias del abuso de las drogas, sería lógico pensar que el mundo se rebelaría contra el tráfico de drogas y lo desbarataría. ¿Por qué, pues, está aumentando? ¿Existe alguna esperanza en el futuro?

Algunas drogas de las que comúnmente se abusa

Droga         Posibles efectos             Riesgos
                                         de su consumo
Opio          Euforia, somnolencia,      Respiración
Heroína       apatía, náuseas            poco profunda,
                                         convulsiones,
                                         coma, muerte
Barbitúricos  Habla confusa,             Pulso débil
Quaaludes     desorientación,            y acelerado,
Valium        cambios drásticos          respiración poco
              de estado de ánimo,        profunda,
              languidez                  coma, muerte
Cocaína       Aumento de la              Recelos,
Crack         confianza y                comportamiento
Anfetaminas   la agudeza mental,         extraño,
              euforia, disminución       alucinaciones,
              del apetito, ansiedad      convulsiones, muerte
LSD           Ilusiones,                 Episodios más
PCP(“polvo    alucinaciones,             largos e intensos,
de ángel”)    alteraciones en la         comportamiento
              percepción                 extraño y peligroso,
              del tiempo y la distancia  psicosis, muerte
Hachís        Euforia, disminución       Fatiga, aturdimiento,
Marihuana     de las inhibiciones,       paranoia, tal vez
              aumento del apetito        psicosis


viernes, 13 de marzo de 2015

COMO IDENTIFICAR A UNA SECTA RELIGIOSA


El significado de la palabra griega (hái·re·sis, de la que se deriva la española “herejía”) que se traduce “secta” es “elección” (Le 22:18, LXX) o “lo elegido”, de donde pasa a significar el grupo de hombres que se separa de otros y sigue sus propios dogmas, es decir, una “escuela filosófica”, “secta religiosa”, “partido” o “facción”. (Diccionario Griego-Español, dirigido por Francisco Rodríguez Adrados, Madrid, CSIC, 1980, vol. 1, voz hái·re·sis.) Este término se aplica a los partidarios de las dos ramas prominentes del judaísmo: los fariseos y los saduceos. (Hch 5:17; 15:5; 26:5.) Los no cristianos también llamaron al cristianismo una “secta” o “la secta de los nazarenos”, posiblemente considerándolo una facción del judaísmo. (Hch 24:5, 14; 28:22.)
El fundador del cristianismo, Jesucristo, oró para que prevaleciera la unidad entre sus seguidores (Jn 17:21), y los apóstoles estaban sumamente interesados en preservar la unidad de la congregación cristiana. (1Co 1:10; Jud 17-19.) La falta de unidad en las creencias podría originar disputas airadas, disensión y hasta enemistad. (Compárese con Hch 23:7-10.) De manera que tenían que evitarse las sectas, una de las obras de la carne. (Gál 5:19-21.) Se advirtió a los cristianos que no promovieran sectas ni fueran descarriados por falsos maestros. (Hch 20:28; 2Ti 2:17, 18; 2Pe 2:1.) El apóstol Pablo dijo en su carta a Tito que si un hombre continuaba promoviendo una secta después de haberle amonestado dos veces, tenía que ser rechazado, lo que significaba que se le expulsaba de la congregación. (Tit 3:10.) Los que se negaran a implicarse en crear divisiones dentro de la congregación o en apoyar a una facción en particular se distinguirían por su proceder fiel y mostrarían tener la aprobación de Dios. Al parecer, esto es a lo que Pablo se refería cuando dijo a los corintios: “También tiene que haber sectas entre ustedes, para que las personas aprobadas también se hagan manifiestas entre ustedes”. (1Co 11:19.)


lunes, 9 de marzo de 2015

Deleitados en servir como Jehová quiere


Según lo relató Emil H. Van Daalen
Las consecuencias de la I Guerra Mundial se hacían sentir por toda la Tierra. El derrumbe financiero de 1929 hizo que muchas personas se suicidaran debido a la pérdida de sus ahorros. A eso le siguió una extensa sequía, cegadoras tormentas de polvo, plagas de langostas, bajos rendimientos de las cosechas, precios bajísimos para el ganado y los granos, y un rápido aumento en el desempleo. Para remate, la amenaza de otra guerra se vislumbraba en el horizonte. Sí, como se predijo en la Biblia, ‘los hombres desmayaban por el temor y la expectativa de las cosas que venían sobre la tierra habitada’. (Lucas 21:26.)
En aquel tiempo nuestra familia vivía en una granja al este de Dakota del Sur... mis padres, sus siete hijos varones y una hija. Mi madre y mi padre ya habían pasado por la I Guerra Mundial, habían perdido una granja y estaban tratando de empezar de nuevo en otra. Por tener muchos hijos, el temor de que estallara otra guerra les causaba mucha aflicción.
Aprendiendo a hacer la voluntad de Jehová
En aquel entonces yo no tenía la menor idea de que cierta expresión del salmista bíblico guiaría en gran parte casi toda mi vida. Éstas fueron las palabras inspiradas de David: “En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado” (Salmo 40:8). Todo empezó allá en 1932.
En aquel año Edward Larson, vendedor ambulante, llegó a nuestra casa para mostrarnos sus especias, jabones y cosas por el estilo. Pero él tenía algo más importante... un mensaje. Nos dijo que las iglesias no enseñaban la verdad, que Jesucristo estaba gobernando como Rey celestial, que las buenas nuevas del Reino tenían que ser predicadas y que, después de la guerra de Dios en Armagedón, los justos disfrutarían de vida eterna. (Revelación 16:14, 16; 21:1-4.)
Mi madre, en particular, quedó muy impresionada. Una familia vecina también se interesó en el mensaje. Por lo tanto, en poco tiempo hubo tres familias, incluso los Larson, que “recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, examinando con cuidado las Escrituras”. (Hechos 17:11.)
Más o menos para aquel tiempo llegó a nuestra puerta Ralph Vittum, precursor (proclamador de tiempo completo del Reino) que viajaba en un viejo Ford, modelo T. Mis padres lo invitaron a alojarse con nosotros mientras testificaba a la gente de aquella zona. Solíamos quedarnos despiertos hasta las doce de la noche o la una de la madrugada, mientras él nos explicaba la verdad acerca del Reino y ponía al descubierto la falsedad de las enseñanzas de las iglesias sobre el infierno, la Trinidad, la inmortalidad del alma y otras doctrinas. Aunque no tuvimos un estudio formal de la Biblia, estábamos empezando a entender el propósito de Dios para la humanidad y cómo podíamos hacer la voluntad divina. ¡Qué alivio y gozo fue aquello, especialmente para mis padres!
Con el tiempo conocimos a más Testigos. De ese modo llegamos a formar parte de la congregación de los siervos de Jehová.
Un nuevo propósito en la vida
Todo eso comenzó cuando cursaba el último año de escuela secundaria. En 1934 empecé a participar en el ministerio del campo y me bauticé dos años después. Durante aquel período difícil de sequía y tormentas de polvo, pasé dos semanas testificando en territorio aislado. Preparábamos nuestras propias comidas, y dormíamos en el suelo o en el automóvil, dondequiera que estuviéramos al caer el día. Pero estábamos contentos, pues sabíamos que estábamos haciendo la voluntad de Jehová.
En aquel viaje en particular, conocí a una señora que había obtenido el folleto Dividiendo a la gente. Al leerlo, ella reconoció el mensaje como la verdad, pidió a la Sociedad Watch Tower una gran cantidad de esos folletos y los estaba distribuyendo entre sus vecinos y amistades. Llegó a ser una testigo de Jehová muy celosa.
En octubre de 1938, mi hermano, Arthur, y yo empezamos a servir de precursores. Trabajamos mayormente territorio rural del este de Dakota del Sur y del oeste de Minnesota. Más tarde se nos unieron Homer, otro de nuestros hermanos carnales, y el hermano Carrol Tompkins. Para entonces teníamos una casa remolque y dos automóviles. Trabajamos territorios en Misuri, Luisiana y Iowa. Mientras estábamos en Sioux City, durante 1941, fuimos asignados como precursores especiales a Watertown, Dakota del Sur.
Sirviendo durante los primeros años bélicos
La II Guerra Mundial estaba en curso, y se estaba reclutando a los jóvenes para el servicio militar. Pero ninguno de nosotros tuvo que ir porque se nos reconoció como ministros, predicadores de tiempo completo del Reino. A los agricultores que vivían por Watertown les disgustaba ver a cuatro jóvenes de edad militar ‘perder el tiempo yendo de casa en casa con literatura bíblica’, mientras sus hijos tomaban parte en la guerra. Cierto sábado por la noche estábamos en la calle ofreciendo nuestras revistas bíblicas, cuando llegaron unos agentes de la policía y nos llevaron a la comisaría de policía. Nos dijeron que teníamos que salir del pueblo dentro de dos semanas, o seríamos arrestados. Claro, considerábamos que aquel lugar era la asignación que Jehová nos había dado, y por eso nos sentimos como los apóstoles cuando se les ordenó que dejaran de predicar: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres”. (Hechos 5:29.)
Dos semanas más tarde, cuando salíamos de nuestra casita de campo para dirigirnos al ministerio del campo, llegó la policía, nos puso bajo arresto y nos llevó a la cárcel. Aquella noche el fiscal municipal —el principal instigador detrás de todo aquello— nos interrogó uno a uno, y el interrogatorio continuó hasta las primeras horas de la madrugada. Pasamos cuatro días en la cárcel. Nos acusaron de muchas cosas, pero la acusación que se usó durante todo el proceso hasta que se llegó al Tribunal Supremo del Estado fue la de que teníamos que recaudar un centavo de impuesto sobre las ventas por cada publicación de 25 centavos que colocáramos, y ese dinero habíamos de enviarlo al gobierno. El Tribunal Supremo decretó que, debido a la naturaleza de nuestra obra, sería ilegal recaudar un impuesto de esa clase. Así Jehová nos bendijo con una victoria, y hoy hay una próspera congregación de testigos de Jehová en Watertown.
Adiestramiento para servicio futuro
Transcurría el año 1942. La guerra estaba en todo su apogeo, pero parecía claro que todavía había mucho trabajo que hacer en cumplimiento de las palabras de Jesús: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos [...], enseñándoles”. (Mateo 28:19, 20.)
Mis dos hermanos y yo recibimos cada uno una solicitud para asistir a la primera clase de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. ¡Imagínese nuestra sorpresa y alegría! ¿Quiénes éramos nosotros para ser bendecidos con un privilegio tan grandioso? Se nos informó que tal vez nunca regresaríamos de nuevo a nuestro hogar de este lado del Armagedón. Era tiempo de tomar una decisión. Pero solo había una respuesta: El hacer la voluntad de Jehová era nuestro deleite (Salmo 40:8). Además, nuestra copa estaba llena y rebosaba cuando supimos que nuestro hermano carnal, Leo, y su esposa, Eunice, serían nuestros condiscípulos. Eso aumentaba a seis el total de miembros de nuestra familia que estarían en aquella primera clase.
Después de varios espléndidos meses de instrucción, tuve el privilegio de recibir adiestramiento especial en el Betel de Brooklyn, junto con dos de mis hermanos. Después, fuimos enviados a servir de superintendentes de circuito. Yo tuve el privilegio de visitar a la mayoría de las congregaciones de los estados de Iowa y Nebraska. Finalmente recibí mi asignación misional. Fui asignado a Puerto Rico, junto con mi hermano Leo, su esposa Eunice y mi primo Donald. ¡Qué bendición! Era patente en verdad la bondad amorosa de Jehová.
Continúo efectuando la voluntad de Jehová en nuevos campos
Llegamos a Puerto Rico el 13 de marzo de 1944. Entonces vino la gran prueba. Pensábamos que éramos pocos y estábamos solos en medio de una población de unos 2.000.000 de personas. ¡Nuestra capacidad para entender español y hablarlo era tan limitada! ¿Podríamos perseverar hasta el final? ¿Estaba nuestra fe lo suficientemente bien fundada? ¿Creíamos realmente que era la voluntad de Jehová que estuviéramos allí? El tiempo diría.
Al segundo día de haber llegado a Puerto Rico nos aventuramos a testificar a nuestros vecinos en un español vacilante. En seguida perdimos la timidez cuando la gente mostró gran bondad y paciencia. Conocimos a las dos precursoras que ya había allí y a los pocos hermanos y hermanas espirituales de Santurce y Arecibo. Se llenaron de alegría al saber que iban a recibir ayuda. La colocación de literatura era fenomenal. ¡Hallamos a tantas personas interesadas en el mensaje que no era posible estudiar con todas las que deseaban aprender la verdad! En una carta que escribí poco después de nuestra llegada, pedí a la Sociedad Watch Tower que enviara a más misioneros, y pronto se nos unieron mis hermanos carnales Arthur y Homer. Más adelante se envió a muchos misioneros más.
Fui enviado a varias ciudades, y eso me dio la oportunidad de ayudar a un sinnúmero de personas a aprender la verdad y dedicarse a Jehová. Una experiencia que recuerdo claramente es la que tiene que ver con Susana Mangual, quien entonces tenía más de sesenta años. Ella vivía en una casa que se había construido a unos 2,5 metros del suelo. Unas escaleras conducían al balcón. Ella era una fumadora empedernida que ya padecía de una tos crónica y que en mucho tiempo no había salido más allá del balcón. Cuando la visité, ella rápidamente mostró interés en el mensaje, y en poco tiempo se empezó un estudio bíblico. Ella progresó rápidamente en la verdad. De camino a una asamblea cristiana, al otro lado de la isla, decidió dejar de fumar y bautizarse. Al regresar a su hogar, ya Susana no se quedaba en casa, sino que salía al servicio del campo con los hermanos. Después de un tiempo llegó a ser precursora regular.
La obra en Puerto Rico siguió extendiéndose hasta que fue necesario que hubiera un superintendente de circuito de tiempo completo. Al parecer, fue la voluntad de Jehová que yo disfrutara de aquel privilegio, y al poco tiempo estuve visitando a las congregaciones, los hogares misionales y los grupos aislados por todo Puerto Rico y las Islas Vírgenes. Pero junto con el progreso de la obra habría otro cambio.
En noviembre de 1951 recibí una carta de la Sociedad, en la cual se me invitaba a ser el superintendente de la sucursal en Cuba. ¡No lo podía creer! ¿Cómo podía hacerme cargo del trabajo de una sucursal que tenía que superentender a casi 10.000 publicadores del Reino? Aunque me sentí muy poco adecuado para la responsabilidad, parecía que era la voluntad de Jehová, así que lo intentaría.
Además de recibir la ayuda de Jehová, los cuatro hermanos de la sucursal trabajaron pacientemente conmigo. Pasé allí dos años maravillosos, y conocí a centenares de hermanos y hermanas espirituales. A muchos les tengo profundo aprecio, y a menudo pienso en ellos.
Sin embargo, estaba a punto de haber otro cambio. Por razones bíblicas pedí un traslado de vuelta a Puerto Rico, y la petición me fue concedida. A mi regreso, la Sociedad me pidió que me ocupara del trabajo de la sucursal allí, lo que significaría muchas horas de trabajo. Pero, otra vez, si ésa era la voluntad de Jehová, eso era suficiente razón para que yo aceptara. Fue bueno estar de vuelta entre los misioneros y los hermanos y las hermanas puertorriqueños. Al poco tiempo una de las misioneras y yo decidimos que podíamos servir a Jehová como matrimonio. Así que en marzo de 1959 Bettyjane Rapp se convirtió en Bettyjane Van Daalen. Hemos estado felizmente casados desde entonces.
La obra de predicar y enseñar estaba adelantando, y era evidente que tenía la bendición de Jehová. No obstante, estaba por suceder otro cambio.
Sigo haciendo gozosamente la voluntad divina
A principios de 1963 fui invitado a asistir a un curso de diez meses que ofrecía la Escuela de Galaad a los superintendentes de sucursal y a sus ayudantes. Ronald Parkin, quien había estado en la clase anterior, se encargaría de la sucursal en mi ausencia. Al final del curso, Jehová me tenía preparada otra responsabilidad, la de encargarme de la actividad de predicar el Reino en las islas Bahamas.
El servir en las islas Bahamas resultó ser una experiencia maravillosa. Mi esposa y yo hallamos que la gente de allí es amigable, tolerante y de inclinación a lo religioso. Las personas están dispuestas a apartar tiempo para considerar la Biblia. Eso lo prueban las experiencias que ha habido con la publicación Mi libro de historias bíblicas.
Cuando los testigos de Jehová estaban ofreciendo ese libro en su actividad de casa en casa, una hermana de 76 años de edad, mientras servía de precursora auxiliar, colocó más de 100 ejemplares. Otra hermana, que vivía aislada en una isla remota, recibió 60 ejemplares y los colocó antes de que hubiera terminado el mes. Sí, la gente de las islas Bahamas tiene en alta estima la Biblia.
Durante los 18 años que mi esposa y yo estuvimos en las islas Bahamas, la obra de predicar el Reino progresó de modo excelente debido a la bendición de nuestro Padre celestial. Los testigos de Jehová son bien conocidos en las islas, y muchos hermanos y hermanas excelentes se están gastando en buscar, mientras todavía haya tiempo, a las personas humildes de cualidades semejantes a las de oveja.
Ahora que estamos sirviendo en Florida, E.U.A., en la obra de predicar de tiempo completo, podemos recordar los muchos años felices que pasamos alabando a Jehová en las islas del Caribe. Hemos descubierto que el ceder a la dirección del espíritu de Dios siempre resulta en abundantes bendiciones. De hecho, la mayor felicidad —el verdadero deleite— viene de servir como Jehová quiere.