Si usted es un discípulo de Jesucristo
dedicado y bautizado, entonces ha recibido el mandato de participar en hacer
discípulos. Usted no ha recibido ese mandato de algún hombre u
organización de hombres. Lo ha recibido de Aquel que “ha llegado a ser mejor que
los ángeles” y que “ha heredado un nombre más admirable que el de ellos.” (Heb.
1:4) Este es el Señor Jesucristo. (Mat. 28:18-20) Su nombre es “más admirable”
que el de los ángeles porque representa la vasta autoridad ejecutiva que él
posee como Rey nombrado por Jehová.
Realmente es un privilegio el que usted
participe en la obra que le ha encomendado El que tiene esta autoridad. ¿Está
usted participando en ella? ¿Podría usted participar en ella a mayor grado?
Hoy la principal manera en que se le está
ayudando a la gente a hacerse discípulos del Señor Jesucristo es por medio de
estudios bíblicos semanales de casa. Durante el año de servicio de 1972,
en los Estados Unidos se condujeron como promedio 298.129 estudios
bíblicos cada mes. Realmente es estimulador saber que de esta manera se les
está ayudando a decenas, sí centenares de miles de personas a conseguir
conocimiento exacto de la verdad. No obstante, surge la pregunta: ¿Podrían
conducirse más estudios bíblicos?
Hay indicaciones de que más personas pudieran
ser ayudadas por medio de estudios bíblicos de casa. En los Estados Unidos la
cantidad de libros que se colocó durante el año de servicio de 1972 con
personas interesadas superó por más de 360.000 libros la cantidad que se
colocó durante el año de servicio de 1971. No es raro que personas
escriban a la Sociedad Watch Tower o vayan a un Salón del Reino o telefoneen a
los testigos de Jehová y soliciten que alguien estudie la Biblia con ellos. A
los hermanos y hermanas que ofrecen las revistas en las calles también se les
ha hecho la misma solicitud.
Todavía hay muchos que están gimiendo y
llorando debido a las cosas detestables que se están cometiendo en la
cristiandad y en el resto de este sistema impío. Por lo tanto, mientras más
tiempo dedique usted personalmente a buscar a estas personas de corazón sincero
y honrado mayor será la probabilidad de que halle a algunas de ellas. ¿Se
siente usted impelido a emplear todo el tiempo posible en la obra de predicar
porque se interesa profundamente en que no se desatienda o pase por alto a
ninguna persona honrada que haya en el territorio? ¿Es tal su interés que hace
todo esfuerzo razonable para hacer revisitas a las personas que manifiestan
interés?
El tener en cuenta que vidas están en peligro
debe movernos a apartar todo el tiempo posible para buscar a estas personas de
disposición de oveja. Aunque el ministerio cristiano incluye el que uno cuide
de su familia y hogar, el cumplir con estas responsabilidades no nos libra
de la obligación de participar en la obra de predicar el Reino y hacer
discípulos fuera del círculo de nuestra familia inmediata. Nuestro excelente
ejemplo de conducta cristiana puede dar un testimonio, pero ese ejemplo
no basta en sí para que otros lleguen a ser discípulos del Señor
Jesucristo. La obra de hacer discípulos exige enseñanza y, antes que empiece
esa enseñanza, hay que hallar a las personas que quieren que se les enseñe.
Esto da énfasis a la necesidad de cuidar de
las responsabilidades de modo equilibrado. Un excelente ejemplo que podemos tener
presente respecto a esto es Noé. Como esposo y padre le correspondía ver que su
familia tuviera suficientes provisiones espirituales y materiales. Tuvo que
arreglar la rutina de su vida de tal modo que le diera tiempo para construir el
arca y predicar a sus contemporáneos. Los ajustes que Noé tuvo que hacer
no estuvieron limitados a solo unos cuantos años. Es muy posible que su
obra de predicar y construir haya abarcado un período de cuarenta o cincuenta
años. A pesar de los fieles esfuerzos de Noé, ni siquiera una persona,
aparte de los siete miembros de su familia, se puso en camino para sobrevivir
el Diluvio. Sin embargo, Noé no dejó que el desaliento lo venciera y lo
hiciera dejar de construir y predicar debido a insensibilidad de sus contemporáneos.
¡Cuánto podemos regocijarnos de que no lo haya hecho! Si hubiera
desistido, ninguno de nosotros estaríamos vivos hoy.
Puede que usted reconozca apreciativamente la
importancia de imitar el ejemplo de Noé en cuanto a cuidar de todas sus
responsabilidades, pero tal vez piense que no tiene suficiente capacidad
para conducir un estudio bíblico de casa. Sin embargo, no es necesario que
la falta de experiencia y habilidad limitada lo desanimen en cuanto a
participación en la obra que Jesucristo mandó que sus discípulos hicieran. Si
Jesús, como Cabeza de la congregación cristiana, hubiese querido que solo las
personas que tenían gran conocimiento y habilidad tomaran parte en la obra de
hacer discípulos, lo hubiera dicho.
El hecho de que no se trata tanto de
habilidad como de deseo y esfuerzo sincero queda bien ilustrado en el caso de
muchos misioneros que empiezan a servir en campos extranjeros. Su vocabulario
está limitado. Su forma de hablar es a menudo vacilante y desmañada. Su
comprensión del idioma, lejos de ser completa. No obstante, pueden
conducir estudios bíblicos de casa. Entonces, el opinar que otros pueden
expresarse mejor que usted ciertamente no es motivo para que usted se
detenga. Además, hay hermanos y hermanas más experimentados que gustosamente lo
acompañarán y le prestarán ayuda si acaso la necesita. También, el
superintendente de estudios bíblicos tendrá gusto en ayudarlo.
Puesto que el mandato de Jesús de hacer
discípulos está completamente en armonía con la voluntad su Padre, usted
también tiene el apoyo de Jehová y la ayuda de Su espíritu santo. Por eso, si
usted empieza un estudio bíblico, no hay por qué temer que fracasará
debido a sus limitaciones. Si confía en Jehová y hace todo lo que puede, él
no dejará que usted fracase en su esfuerzo por enseñar la verdad a otros.
Si usted actualmente no está conduciendo
un estudio bíblico, ¿ha mencionado esto en sus oraciones? Un hermano de Austria
lo hizo. Por más de un mes oró repetidas veces que Jehová lo ayudara a hallar a
alguien con quien pudiera empezar un estudio bíblico. No solo oró este
hermano, sino que obtuvo permiso para ausentarse de su trabajo seglar por tres
días durante la visita del superintendente de circuito. Fue al visitar la
última casa una mañana durante la visita del superintendente de circuito que
este hermano comenzó un estudio con un señor y su esposa.
Una misionera de El Salvador notó que muchos
de sus estudiantes de la Biblia no estaban progresando. Oró con toda
sinceridad que pudiera hallar a alguien que apreciara la vida en el nuevo orden
de Dios. Más tarde tuvo la oportunidad de hablar con una secretaria en una
oficina. Esta señora gustosamente aceptó las revistas y le dio a la misionera
la dirección de su domicilio. Se empezó un estudio bíblico con esta señora, y
con el tiempo su esposo también participó. Ahora se celebra un estudio de libro
de congregación en este hogar, y el señor, su esposa y sus cinco hijos asisten
con regularidad a las reuniones en el Salón del Reino.
Además de orar a Jehová pidiendo que lo
dirija a los de corazón honrado, recuerde que es preciso obrar en plena armonía
con sus oraciones cuidando de nunca pasar por alto oportunidades de empezar
estudios bíblicos. ¿Ha tratado usted de ofrecer estudiar la Biblia con la gente
al hacer su visita inicial? ¿Hay algunas personas que usted ha visitado en el
pasado que posiblemente concuerden en tener un estudio bíblico ahora? ¿Por qué
no consulta sus registros y hace un esfuerzo especial por visitar a los
que han mostrado interés?
A veces sucede que allí mismo en la
congregación hay la posibilidad de empezar nuevos estudios bíblicos. Por
ejemplo, en una congregación del estado de Oregón un superintendente dio
atención especial a ofrecer estudiar la Biblia con los esposos incrédulos de
publicadoras que se habían mudado al territorio. Menos de diez minutos después
de conocer a este superintendente, un esposo incrédulo convino en tener un
estudio bíblico. En el caso de otro esposo, que era un pariente, los esfuerzos
que se hicieron por tratarlo amigablemente resultaron en que él aceptara un
estudio bíblico cuando otro hermano visitó su hogar. Estos dos esposos ya se
han bautizado y, según la información más reciente, más de cuarenta de
sus parientes actualmente están estudiando o ya han llegado a ser testigos de
Jehová dedicados y bautizados.
Las personas que actualmente están estudiando
con nosotros o aquellas a quienes hemos hecho revisitas también pueden
ayudarnos a hallar a otras personas interesadas. ¿Les ha preguntado alguna vez
si conocen a alguien que posiblemente se interese en estudiar la Biblia?
Tal vez haya hermanos y hermanas en su
congregación que no pueden atender a todas sus visitas prometedoras o que
no pueden conducir más estudios bíblicos de casa. Usted puede hablar con
su superintendente de estudios bíblicos expresando el deseo de ayudar en estos
casos. Puede estar seguro de que se agradecerá mucho la ayuda que usted
ofrezca.
El dar el testimonio en el trabajo o en la
escuela frecuentemente ha dado excelentes resultados. ¿Está valiéndose usted de
estas oportunidades para comenzar estudios con sus compañeros de trabajo o
escuela? A menudo el aprovecharse de la oportunidad de testificar puede dar
excelentes resultados.
En una escuela de Puerto Rico, se le pidió a
un jovencito que leyera cierta porción de un libro que trataba sobre los
tiempos prehistóricos. Él entonces pidió permiso para hablarle a la clase y dio
una excelente explicación de las enseñanzas de la Biblia, usando el libro Evolución
como base para sus comentarios. El maestro y los estudiantes quedaron
impresionados, y se colocaron dieciocho libros ese día. Al día siguiente el
maestro le pidió al joven Testigo que continuara con la consideración del tema
ante la clase. Se colocaron otros seis libros. Ahora él está conduciendo dos
estudios bíblicos con sus compañeros de clase.
Una Testigo adolescente colocó un libro Evolución
con una compañera de clase y al mismo tiempo le ofreció un estudio de la
Biblia. La joven no aceptó la oferta. Más tarde, después que terminó de
leer el libro, esta muchacha y la hermana se reunieron una tarde para hablar de
la Biblia. Varias veces durante la conversación la muchacha exclamó: “Me gusta
esa Biblia que tienes.” Después de tres horas, durante las cuales la muchacha
había repetido tres veces esa declaración acerca de la Biblia, la joven
hermana, bastante sorprendida al oír sus expresiones, le ofreció un estudio de
la Biblia. Ante esto la muchacha exclamó: “Por fin mencionas lo que he estado
esperando oír durante toda la tarde. Pues, yo no quería preguntarte acerca
de ello directamente. ¿No te dabas cuenta de que eso era lo que me
pasaba?”
Reconociendo con aprecio que Jesucristo le ha
encomendado a usted la responsabilidad de predicar y hacer discípulos, usted
ciertamente deseará participar en esa obra al mayor grado posible. Deje que el
amor que usted les tiene a sus semejantes lo impela a hacerlo. Acuda a Jehová
con oración pidiendo su dirección y confíe en que él puede ayudarlo por medio
de su espíritu santo. Aprovéchese de sus oportunidades para ayudar a otros a aprender
la verdad. Sepa con seguridad que Jehová bendecirá sus fieles esfuerzos.
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