“El nacimiento y la difusión de sectas o
nuevos movimientos religiosos es un fenómeno notable en la historia religiosa
de nuestros tiempos. Trabajan con una gran vitalidad”, declaró el cardenal
nigeriano Francis Arinze en el consistorio extraordinario celebrado en el
Vaticano en abril de 1991, según se informó en la edición semanal vaticana en
lengua española de L’Osservatore Romano. Otro cardenal, Ernesto Corripio
Ahumada, arzobispo de Ciudad de México, fue aún más directo en su alocución.
Dijo respecto a la proliferación de nuevos movimientos religiosos: “Las sectas
pseudocristianas más difundidas son los Testigos de Jehová y los mormones”.
Asimismo, el cardenal español Ángel Suquía Goicoechea, arzobispo de Madrid,
incluyó a los testigos de Jehová entre las asociaciones religiosas “implantadas
en mayor número de países”.
¿En qué radica el éxito de estos grupos en
zonas y países mayoritariamente católicos? Varios cardenales adujeron diversas
razones. Uno de ellos, Ricardo J. Vidal, arzobispo de Cebú (Filipinas),
declaró: “El medio más eficaz que usan para lograrlo suele ser un ataque
directo contra las enseñanzas y prácticas católicas, especialmente contra la
devoción a María, las imágenes, el culto a los santos, el sacramento de la
confesión, el papel del celibato sacerdotal, etc.”.
Este comentario reviste interés en vista de
que los cristianos del siglo I no dieron comienzo a ninguna de estas
prácticas. La confesión del cardenal recuerda la declaración de otro prelado
católico, el cardenal Newman, quien escribió en 1878: “La utilización de
templos y su consagración a determinados santos [...], las ofrendas
votivas [...], el agua bendita [...], [y] más tarde las
imágenes [...], son todas [prácticas] de origen pagano santificadas por su
adopción en la Iglesia”.
¿Qué otras razones adujeron los cardenales
para la “vulnerabilidad” de su grey? Según el cardenal Vidal, una es “la
escasez de sacerdotes que podrían ejercer su ministerio respondiendo de una
manera personal a las necesidades de los fieles católicos. No hay que
maravillarse, por tanto, de que muchas de nuestras diócesis sean campos
abiertos para las actividades proselitistas de las sectas”. Ahora bien, ¿a qué
se debe la falta de sacerdotes? Un factor de primer orden es la norma
antibíblica del celibato sacerdotal, impuesta en la Iglesia latina en el
siglo XII, y esto pese a que en 1 Timoteo 4, versículos 1
y 3, las Escrituras explican (según la versión católica Biblia de
Jerusalén): “El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos
algunos apostatarán de la fe [...]; éstos prohíben el matrimonio”.
(Compárese con 1 Corintios 9:5; 1 Timoteo 3:1, 2.)
¿Qué propuesta para solucionar el problema
del abandono de la Iglesia avanzó el cardenal Vidal a sus compañeros de
prelacía? “Tenemos planteado el reto de leer y estudiar, meditar y vivir la
palabra de Dios.” Esto es exactamente lo que los testigos de Jehová instan a
hacer a todas las personas sinceras, sin importar sus antecedentes sociales o
religiosos. Por esta razón, están muy resueltos a predicar “esta Buena Nueva
del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones”, antes
de que Dios acabe con este mundo dominado por Satanás. Si su deseo es “leer y
estudiar [...] la palabra de Dios”, póngase en contacto con los testigos
de Jehová en el Salón del Reino de su población. (Mateo 24:14, BJ;
1 Juan 5:19.)
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