¿Quién hoy día encuentra que su porción en la
vida es absolutamente ideal? ¡Casi nadie! Sin duda, todos tenemos que aguantar
algunas penalidades o molestias. Sin embargo, en las condiciones actuales de
imperfección, ¿por qué no tratar de hacer lo óptimo en nuestras
circunstancias? Si uno lo hace, tendrá muchas bendiciones que contar.
¿Es usted un ama de casa con familia, quizás
una familia grande? ¿Se siente a veces descontenta, aburrida o un poco
frustrada? Posiblemente haya montones de trastos que lavar, un cesto grande de
ropa sucia que lavar o varias habitaciones que limpiar. ¿Por qué no mirar
las cosas de un modo positivo? ¿No indican estas mismísimas cosas que su
familia tiene suficiente que comer, que tiene suficiente ropa y un techo sobre
su cabeza? ¿Qué es mejor, la situación de usted o la de los millones que pasan
hambre, que están medio desnudos y que están sin casa ni hogar?
Quizás sus circunstancias son tales que la
obligan a ser sumamente frugal en todo lo que compra. ¿Por qué
no considera esto como un desafío a su inventiva para hacer lo óptimo en
sus circunstancias? Hubo un ama de casa que en los años posteriores de
prosperidad dijo que sus días más felices habían sido durante los tiempos
difíciles de la Depresión económica a causa del placer que obtenía de hacer lo
óptimo al usar todo para poder vivir con lo que tenía. Además, ¿sabe usted que
muchísimas de las enfermedades degenerativas modernas están asociadas con el
vivir próspero?
O, ¿es usted víctima de la jubilación
obligatoria, habiendo llegado o pasado de los sesenta y cinco años de edad? ¿Le
parece que ahora los días son largos y aburridos, afectando no solo su
disposición mental sino también su salud? En esta situación adopte un punto de
vista positivo y trate de ser útil a otros. Como expresó un libro de texto para
el trato de los ancianos e incapacitados físicamente: “Hay una leyenda que dice
que un anciano se morirá de inanición si no tiene alguien que le prepare
las comidas y que una anciana se morirá de inanición si no tiene alguien a
quien prepararle las comidas. Este es un axioma aceptado generalmente.” De modo
que hay muchas personas que podrían beneficiarse de su ayuda.
Ahora que es ciudadano de mayor edad puede
ser la ocasión para emprender una o más aficiones a fin de suministrar deleite
adicional al vivir. Podría ser la fotografía o el aprender a tocar algún
instrumento musical o aprender algún idioma extranjero. O, pudiera interesarse
en cultivar plantas, como un jardín de árboles enanos o violetas africanas. Por
otra parte, quizás su temperamento cuadre con el que usted haga objetos de
madera, piel o metal, o escriba poesía o artículos. Tales aficiones
no solo han añadido interés sino también ingresos para muchos ancianos o
ancianas.
O quizás usted sea el individuo que se gana
la vida para una familia pero en la actualidad no tiene trabajo.
Ciertamente ésta es una circunstancia dificultosa en la cual hallarse. Sin
embargo aun cuando sea el caso, usted no mejorará su situación dejándose
rendir por el pensar negativo y amargándose o poniéndose de mal humor. Emprenda
el derrotero sabio: cuente y aprecie sus bendiciones. Si usted tiene cierto
grado de salud y fuerzas, puede estar agradecido por estas cosas. Al grado que
usted tenga amados, tiene razones para estar agradecido, pues ¿no son
ellos tesoros inapreciables? ¿Tiene usted seguro para desempleo, seguro social,
ahorros o alguna otra forma de ayuda? Si es así, aprecie esas provisiones.
Aprenda a hacer lo óptimo en sus
circunstancias. Es obvio que el tiempo que usted puede emplear buscando trabajo
está limitado. Pero, ¿no es cierto que mientras usted tenía empleo de
tiempo cabal había muchas cosas que necesitaban hacerse en la casa y para las
cuales usted no tenía tiempo? Ahora tiene tiempo; interésese en hacerlas.
Es posible que debido a su desempleo tenga
tiempo para leer más, de la clase que no solo es interesante sino también
educativa. Quizás ahora pueda adquirir habilidades que hasta pudieran servirle
para obtener un trabajo mejor.
O, ¿está usted incapacitado físicamente?
Aprenda una lección de cierto californiano, padre de siete hijos. Contrajo una
infección que paralizó completamente todas las cuatro extremidades de su
cuerpo, convirtiéndole en paciente de cuadriplejía. Aunque ha estado en esta
condición por más de trece años, es la persona más alegre, optimista y
extrovertida que uno pudiera desear conocer. Puesto que no puede usar nada
salvo su mente y su voz, ha ingresado en un club de correspondencia y tiene
correspondencia con personas por todo el mundo por medio de grabaciones en
cinta, y sus hijos le cambian las cintas. También graba cintas para amigos
ciegos y conocidos. Su experiencia hace que uno recuerde el viejo adagio: ‘Me
quejaba porque no tenía zapatos hasta que conocí a un hombre que
no tenía pies.’
Los testigos cristianos dedicados de Jehová
en particular han aprendido a hacer lo óptimo en las circunstancias. Además de
practicar prudencia en cuanto a cosas materiales, usan todo el tiempo adicional
que tienen para adelantar su ministerio. Efectúan estudio e investigación
bíblicos personales y dedican tiempo a predicar las buenas nuevas del reino de
Dios y a tratar de hacer discípulos de los que aman la Biblia y la
justicia.—Mat. 24:14; 28:19, 20.
No se desaniman fácilmente. Como ejemplo,
considere a una cristiana dedicada que vive en Puerto Rico, que es la esposa de
un esposo incrédulo. Como la mayoría de las amas de casa, atiende su hogar y
prepara las comidas de su esposo. Al mismo tiempo dedica varias horas cada día
en contar a otros las buenas nuevas del reino de Dios. Y hace todas estas cosas
con un corazón gozoso aunque está totalmente ciega; anda con la ayuda de un
perro amaestrado.
Lo que ayuda especialmente a estos cristianos
dedicados a hacer lo óptimo en sus circunstancias es que aman a Dios con todo
su corazón, alma, mente y fuerzas y a su prójimo como a sí mismos. Prestan
atención a la Palabra de Dios de buscar primero el reino de Dios y su justicia,
aprecian que la piedad con contentamiento es grande ganancia, y han averiguado
por experiencia que hay más felicidad en dar que en recibir. Si usted quiere
ayuda para hacer lo óptimo en sus circunstancias, a ellos les dará gusto
ofrecerle esa ayuda.—Mar. 12:30, 31; Mat. 6:33; 1 Tim. 6:6; Hech. 20:35.
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