lunes, 9 de marzo de 2015

Haga lo óptimo en sus circunstancias


¿Quién hoy día encuentra que su porción en la vida es absolutamente ideal? ¡Casi nadie! Sin duda, todos tenemos que aguantar algunas penalidades o molestias. Sin embargo, en las condiciones actuales de imperfección, ¿por qué no tratar de hacer lo óptimo en nuestras circunstancias? Si uno lo hace, tendrá muchas bendiciones que contar.
¿Es usted un ama de casa con familia, quizás una familia grande? ¿Se siente a veces descontenta, aburrida o un poco frustrada? Posiblemente haya montones de trastos que lavar, un cesto grande de ropa sucia que lavar o varias habitaciones que limpiar. ¿Por qué no mirar las cosas de un modo positivo? ¿No indican estas mismísimas cosas que su familia tiene suficiente que comer, que tiene suficiente ropa y un techo sobre su cabeza? ¿Qué es mejor, la situación de usted o la de los millones que pasan hambre, que están medio desnudos y que están sin casa ni hogar?
Quizás sus circunstancias son tales que la obligan a ser sumamente frugal en todo lo que compra. ¿Por qué no considera esto como un desafío a su inventiva para hacer lo óptimo en sus circunstancias? Hubo un ama de casa que en los años posteriores de prosperidad dijo que sus días más felices habían sido durante los tiempos difíciles de la Depresión económica a causa del placer que obtenía de hacer lo óptimo al usar todo para poder vivir con lo que tenía. Además, ¿sabe usted que muchísimas de las enfermedades degenerativas modernas están asociadas con el vivir próspero?
O, ¿es usted víctima de la jubilación obligatoria, habiendo llegado o pasado de los sesenta y cinco años de edad? ¿Le parece que ahora los días son largos y aburridos, afectando no solo su disposición mental sino también su salud? En esta situación adopte un punto de vista positivo y trate de ser útil a otros. Como expresó un libro de texto para el trato de los ancianos e incapacitados físicamente: “Hay una leyenda que dice que un anciano se morirá de inanición si no tiene alguien que le prepare las comidas y que una anciana se morirá de inanición si no tiene alguien a quien prepararle las comidas. Este es un axioma aceptado generalmente.” De modo que hay muchas personas que podrían beneficiarse de su ayuda.
Ahora que es ciudadano de mayor edad puede ser la ocasión para emprender una o más aficiones a fin de suministrar deleite adicional al vivir. Podría ser la fotografía o el aprender a tocar algún instrumento musical o aprender algún idioma extranjero. O, pudiera interesarse en cultivar plantas, como un jardín de árboles enanos o violetas africanas. Por otra parte, quizás su temperamento cuadre con el que usted haga objetos de madera, piel o metal, o escriba poesía o artículos. Tales aficiones no solo han añadido interés sino también ingresos para muchos ancianos o ancianas.
O quizás usted sea el individuo que se gana la vida para una familia pero en la actualidad no tiene trabajo. Ciertamente ésta es una circunstancia dificultosa en la cual hallarse. Sin embargo aun cuando sea el caso, usted no mejorará su situación dejándose rendir por el pensar negativo y amargándose o poniéndose de mal humor. Emprenda el derrotero sabio: cuente y aprecie sus bendiciones. Si usted tiene cierto grado de salud y fuerzas, puede estar agradecido por estas cosas. Al grado que usted tenga amados, tiene razones para estar agradecido, pues ¿no son ellos tesoros inapreciables? ¿Tiene usted seguro para desempleo, seguro social, ahorros o alguna otra forma de ayuda? Si es así, aprecie esas provisiones.
Aprenda a hacer lo óptimo en sus circunstancias. Es obvio que el tiempo que usted puede emplear buscando trabajo está limitado. Pero, ¿no es cierto que mientras usted tenía empleo de tiempo cabal había muchas cosas que necesitaban hacerse en la casa y para las cuales usted no tenía tiempo? Ahora tiene tiempo; interésese en hacerlas.
Es posible que debido a su desempleo tenga tiempo para leer más, de la clase que no solo es interesante sino también educativa. Quizás ahora pueda adquirir habilidades que hasta pudieran servirle para obtener un trabajo mejor.
O, ¿está usted incapacitado físicamente? Aprenda una lección de cierto californiano, padre de siete hijos. Contrajo una infección que paralizó completamente todas las cuatro extremidades de su cuerpo, convirtiéndole en paciente de cuadriplejía. Aunque ha estado en esta condición por más de trece años, es la persona más alegre, optimista y extrovertida que uno pudiera desear conocer. Puesto que no puede usar nada salvo su mente y su voz, ha ingresado en un club de correspondencia y tiene correspondencia con personas por todo el mundo por medio de grabaciones en cinta, y sus hijos le cambian las cintas. También graba cintas para amigos ciegos y conocidos. Su experiencia hace que uno recuerde el viejo adagio: ‘Me quejaba porque no tenía zapatos hasta que conocí a un hombre que no tenía pies.’
Los testigos cristianos dedicados de Jehová en particular han aprendido a hacer lo óptimo en las circunstancias. Además de practicar prudencia en cuanto a cosas materiales, usan todo el tiempo adicional que tienen para adelantar su ministerio. Efectúan estudio e investigación bíblicos personales y dedican tiempo a predicar las buenas nuevas del reino de Dios y a tratar de hacer discípulos de los que aman la Biblia y la justicia.—Mat. 24:14; 28:19, 20.
No se desaniman fácilmente. Como ejemplo, considere a una cristiana dedicada que vive en Puerto Rico, que es la esposa de un esposo incrédulo. Como la mayoría de las amas de casa, atiende su hogar y prepara las comidas de su esposo. Al mismo tiempo dedica varias horas cada día en contar a otros las buenas nuevas del reino de Dios. Y hace todas estas cosas con un corazón gozoso aunque está totalmente ciega; anda con la ayuda de un perro amaestrado.
Lo que ayuda especialmente a estos cristianos dedicados a hacer lo óptimo en sus circunstancias es que aman a Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerzas y a su prójimo como a sí mismos. Prestan atención a la Palabra de Dios de buscar primero el reino de Dios y su justicia, aprecian que la piedad con contentamiento es grande ganancia, y han averiguado por experiencia que hay más felicidad en dar que en recibir. Si usted quiere ayuda para hacer lo óptimo en sus circunstancias, a ellos les dará gusto ofrecerle esa ayuda.—Mar. 12:30, 31; Mat. 6:33; 1 Tim. 6:6; Hech. 20:35.


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